Alejandro Valverde conquista por la mínima la cumbre de Arrate

Alejandro Valverde (Movistar) inscribió su nombre en la mítica cumbre de Arrate tras una demostración de fuerza final que le permitió ganar por escasos centímetros ante "Purito" Rodríguez en la tercera etapa de la Vuelta a España disputada entre Oion y el monte cercano a Eibar, de 155,3 kilómetros, de donde salió vestido con el maillot rojo.

Emocionantes últimos kilómetros donde los favoritos libraron la primera batalla en alto. En un lugar de leyenda, Valverde fue el más fuerte y el más paciente a la hora de jugar su carta ganadora ante el excesivamente confiado "Purito" Rodríguez, que levantó el pie con antelación, pensando que ya había logrado la presa.

Si el más ofensivo fue Contador a lo largo de los 5 kilómetros de subida, el ciclista murciano y "Purito" volaron en los últimos hectómetros, con la suerte del lado de "Balaverde", que mantuvo el jersey rojo para el Movistar y logró el objetivo de ganar una etapa. Sexta victoria de la temporada, que puede unir a la de Peyragudes en el Tour de francia.

El "chisposo" Contador, en su versión atacante, no tuvo el premio buscado con insistencia y pasó cuarto tras Chris Froome. Unos pasos atrás un grupo con los holandeses Robert Gesink y Bauke Mollema y los españoles Beñat Intxausti, Igor Antón y Dani Moreno. Los principales favoritos salieron ilesos, a excepción de Juan José Cobo, que perdió 50 segundos y no estuvo entre los grandes. Se despidieron de la Vuelta el ruso Denis Menchov, que perdió 1:52 minutos y el belga Jurgen Van Den Broecke, con un retraso de 3.23, lejos de su mejor forma.

La general encierra en medio minuto a los principales candidatos. Valverde luce la roja con 18 segundos sobre su compañero Intxausti y 19 respecto a "Purito". Froome está a 20 y Contador a 24. Los holandeses Gesink y Mollema están en el círculo del medio minuto y tan solo Igor Antón se aleja desde la décima plaza, a los 46 segundos.

Etapa vasca cien por ciento que atravesó las provincias de Álava y Guipúzcoa con destino al Santuario de Arrate, la altura que preside Eibar, donde la Vuelta pasó por última vez hace 38 años con triunfo de Agustín Tamames. Y hasta ahora. No se trata de un puerto especialmente duro, pero sí cargado de simbología hasta convertirlo en lugar de culto del ciclismo vasco y español.

Los altos de La Aldea (2a), de Vitoria (3a) y Campazar (3a) sirvieron de aperitivo antes del momento crucial en Arrate, donde los favoritos tenían marcada la primera cruz en el cuaderno de sus ambiciones. Ocho escapados que saltaron con el banderazo de salida animaron la carretera a la espera del lugar santo del ciclismo vasco.

Un chico de la tierra, Markel Irizar (Radioshack), el andaluz Sergio Carrasco y el belga Philippe Gilbert, exnúmero uno mundial, entre ellos. Fuga controlada por el Movistar, con la idea clara de perder el maillot rojo, ya que las alturas no son para Jonathan Castroviejo, pero con Valverde y el colombiano Nairo Quintana como buenas opciones para cazar la etapa. Los chicos de Eusebio Unzue, con escasa ayuda, terminaron de echar abajo la aventura en Eibar, a 11 de meta.

Los 5,5 kilómetros de ascenso hasta el Santuario se vistieron de fiesta. Una reedición de El Vivero, donde la pasada temporada Igor Antón subió en volandas para consagrarse en Bilbao. Color naranja intenso, enérgicos ánimos, idéntica pasión. En esta tierra, el ciclismo no se vive de otra manera, por eso es casi una religión.

En juego una victoria de prestigio. Por eso, los favoritos de la Vuelta se zumbaron en sus rampas. El Sky de Froome se tomó "al esprint" las maniobras de aproximación, pero Contador tenía ganas de reventar la etapa y protagonizó una auténtica traca de ataques.

El de Pinto saltó hasta en siete ocasiones, y nunca se pudo marchar en solitario. "Purito" respondía con suma facilidad, de inmediato, una y otra vez a los zarpazos; así como Valverde y Froome, el cuarteto protagonista de la subida, y los más fuertes en el primer examen. La llegada a la última curva se antojaba crucial, como señalaba el ausente Samuel Sánchez, por algo el asturiano ha ganado en Arrate 3 veces, todas en la Vuelta al País Vasco.

Punto clave donde "Purito", hasta entonces agazapado, llegó en cabeza tras realizar una de sus típicos arranques explosivos. Iba lanzado, a dos pedaladas del triunfo, pero le sobró confianza y le faltó picardía para consagrarse en lugar tan "divino".

La cuarta etapa vuelve a las alturas con la segunda llegada elevada consecutiva. Barakaldo dará la salida a la jornada que terminará en Valdezcaray después de un trayecto de 160,6 kilómetros.

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