Albert Pla: ''No quiero ser inocente ni pretendo denunciar nada con mis canciones''

El cantante Albert Pla se rige por las leyes de la improvisación. Decide lo que le apetece cantar o grabar justo antes de tener que hacerlo, pero tiene claro de antemano que no le gustan las entrevistas. Ni siquiera las que concede con motivo de su presencia este lunes, a las 21.00 horas, en el Auditorio de Lugo, con el espectáculo La diferencia. El cantante de Sabadell no se esfuerza en contestar con coherencia o en ir mucho más allá de un monosílabo cuando responde. Hay que insistirle; dialogar no debe de estar entre sus grandes aficiones. De hecho, vive en un pueblo sin cobertura teléfonica.

¿Lo de vivir en un sitio sin cobertura se debe al hecho de que le gusta aislarse?
Pues no. Vivo en..., bueno, mejor no pongas el nombre del pueblo, no vaya a ser que nos pongan cobertura. Cuando elijo casa, la elijo por una serie de cosas.

¿Entre los factores para escoger el lugar en que reside estaba una piscina?
Sí, tengo una piscina con estatuas de Venus en la que me baño cuando aparco el helicóptero tras los conciertos. Me bañaré cuando llegue cansado de Lugo.

¿Tiene piscina cubierta? ¿De verdad?
Las piscinas no las uso. Nada por la mañana, nada por la tarde.

Fue usted campeón de natación en 100 metros mariposa. Durante varios años vivió de piscina en piscina.
Fui campeón como Cristiano Ronaldo. Los dos nos tiramos a la piscina.

De acuerdo, no le preguntaré por su paso por los boy scouts. Hablemos del espectáculo que va a traer a Lugo, La diferencia . Suena muy publicitario. ¿Podría decirme cuál es su diferencia?
Me equivoqué cuando elegí ese  título porque me preguntaron en la primera entrevista: "¿Cuál es la diferencia?"

Siento no ser original. ¿Me puede describir su concierto?
Es un espectáculo muy sencillo. Canto mis canciones y llevo unos amplificadores y unas lucecillas que son atómicas.

Son luces de barraca. ¿Busca crear un ambiente de feria?
No, no busco ningún ambiente especial. Son algo que me ayuda a explicarme.

Usted siempre tiene muchas canciones a medio hacer y, justo antes de empezar a grabar, escoge las que van a entrar en el disco. ¿Cómo eligió los temas de este trabajo?
Lo que voy teniendo a mano a cada momento. No hay nada premeditado. Son los músicos los que deciden. El Quim [Portet], el Diego Cortés y la Judith... Ellos me hacen las canciones bien tranquilamente.

¿El criterio es el mismo para las actuaciones?
No tengo una visión concreta, el espectáculo se te va dibujando.

Con esa entrega al caos, odiará las  matemáticas.
No, el espectáculo es como un puzzle, es fácil. Van encajando las piezas.

Ahora entiendo por qué se libró de la mili tras insistir en que tenía muy alto el colesterol. La vida castrense no era lo suyo.
Estuve una semana, pero eso cualquiera lo comprende, ¿no?

Tiene usted interés por el teatro, ¿hay algo de esa disciplina en la puesta en escena de La diferencia?
A mí me da la sensación de que solamente canto canciones. ¿Que me interesa el teatro? Pues vale.

Usted ha hecho mucho teatro y sigue haciéndolo. No sé si es por afición o por pagarse la piscina con las estatuas de Venus.
Me gusta mucho el teatro. En diciembre estrenamos la obra Llits, la historia de un acróbata que explica su vida a través de sus camas.

¿Sus músicos también deciden el idioma de las letras? Va usted cambiando del catalán al castellano entre álbum y álbum. ¿A qué se debe?
No voy cambiando.

Yo diría que sí.
Es que a veces salen en catalán y a veces, en castellano.

¿Hay algún tipo de canción que le salga más en un idioma o en el otro? Las nanas, por ejemplo.
El otro día estuve pensando en que las nanas no me salen en castellano. Será porque las escuché en catalán.

Hay algo de niño perverso en usted. Sus canciones tienen una superficie de inocencia y un fondo de denuncia.
No quiero ser inocente ni pretendo denunciar nada con mis canciones.

¡No me diga! Estaba pensando en Carta al Rey.
Cuando haces algo quieres que los escuchen los demás.

Pareció extrañarse de la reacción a esa canción, sobre un republicano enamorado de una infanta, o de la La dejo o no la dejo, que canta sobre alguien que descubre que su novia es una terrorista.
Se me hizo raro en el momento, pero no tengo ni idea de ese tema. Quise olvidarlo cuanto antes.

Hay una tradición importante de rumba en Cataluña. ¿Por dónde le llegó a usted?
Me gustaba de pequeño. Estaban Peret, El Gato Pérez y un montón de música rumbera.

Usted no lee poesía, pero musicó versos de Fonollosa y Sales.
Es que a Fonollosa y a Sales les entiendes. Sus poemas no representan un esfuerzo para hablarlos en voz alta.

Ahora que le oigo, descubro que tiene un tono de voz normal. ¿Por qué canta tan bajito, se debe a su querencia por las nanas?
¡Y dale con las querencias! No tengo ninguna querencia por las nanas.

Hizo un disco de nanas, ¿Anem al llit?, pero  me asegura que no le interesan las nanas.
Eso no tiene nada que ver. Canto bajito porque tengo un micrófono. ¿Usted me entiende las letras?

Me pasa como con Los Planetas...
O sea, que sin problemas.

Pues no, me cojo el libreto y las leo, porque no le entiendo lo que canta. Y hago lo mismo con Los Planetas.
¡Ah! Pues bien.

Propuso hacer una película a la productora de Andreu Buenafuente. ¿Qué hay de ese proyecto?
Estaba en ello con Brad Pitt y Tom Cruise, pero no me la dejaban hacer como yo quería.

¿Tenía más que ver con Casablanca o con La matanza de los garrulos lisérgicos?
Con Casablanca, pero la rodaría en color.

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