Aires musicales en el valle

Los alumnos y su maestro, durante la actuación en Carracedo. Foto: VILA
photo_camera Los alumnos y su maestro, durante la actuación en Carracedo. Foto: VILA

La música fue desde siempre una de las señas de identidad de la agrupación cultural Val de Láncara, que llegó a tener hasta 27 gaiteiros en la década de los 90 y que incluso grabó un disco en el 2002, bajo el título ‘Marmurios de gaita no val', del cual se editaron unas mil copias. Hoy, son una docena los niños y chicos que se forman en el seno de este colectivo, recuperando así una tradición muy arraigada en la parroquia y en el resto del ayuntamiento.

A principios del siglo pasado, Láncara contaba ya con un constructor de gaitas, el artesano Antonio López, vecino de As Agrolazas, en la parroquia de Bande. Quizás su persona tuviera una influencia decisiva en el grande interés surgido en estas tierras por el mundo de la gaita, una afición que años más tarde supo canalizar la asociación.

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