El sector naval gallego recibirá el encargo de construir siete remolcadores para la petrolera mexicana Pemex y otros siete más se harán en colaboración con astilleros mexicanos. Alberto Núñez Feijóo había adelantado la posibilidad en un viaje a México con el presidente español, Mariano Rajoy. Aquella presencia del presidente de la Xunta en México fue criticada precipitadamente por algún sector de la oposición. La cosecha del viaje fue excelente para Galicia. Núñez Feijóo está lógicamente satisfecho. La noticia es importante en el contexto económico actual de recesión, en el laboral del sector naval, y representa un activo importante en un balance de gestión para quien va a repetir como candidato a presidente de la Xunta en pocos meses. Pero es que, objetivamente, es una excelente noticia para este país. La gestión adquiere mayor importancia a futuro, si además Pemex convierte el puerto exterior de A Coruña en una base logística de la compañía. La inversión millonaria en ese puerto exterior, acordada en un consejo de ministros en circunstancias extraordinarias, necesita llenarse de contenidos. No los tiene todavía. No es solo la Cidade da Cultura la que demanda contenidos y atraer la atención exterior. Aparquemos obsesiones localistas y celebremos con toda Galicia estos contratos con Pemex que anunció Núñez Feijóo. Y celebremos que el puerto exterior coruñés se llene de posibilidades de futuro.
Espectáculo
Lo que sucede en el Consejo General del Poder Judicial debería representar el punto final de unos órganos de la justicia que traducen el partidismo. Es un espectáculo vergonzoso para el ciudadano. Al menos la estética pide que el presidente dimita. Si las guerras internas y por sectores políticos e ideológicos les llevan a esta batalla autodestructiva, deberían cuestionarse en bloque la permanencia.
