Internet se ha convertido en una fuente de oportunidades en multitud de aspectos. Lo que empezó siendo una herramienta para la búsqueda de información, es hoy una enorme fuente de experiencias: compras, ocio, relaciones personales, finanzas, educación, gestiones burocráticas... el campo de aplicaciones es infinito y a el se añaden cada día nuevas prestaciones.
Pero, uno de los aspectos en los que más está colaborando la red es en el ahorro. La economía familiar ha encontrado un balón de oxígeno en internet.
Códigos promocionales
Los códigos promocionales o los famosos cupones descuento son un instrumento promocional muy antiguo. La primera empresa en utilizarlos fue la Coca Cola en 1887. Por aquel entonces, la multinacional se estaba dando a conocer y creó unos cupones que daban derecho a una botella gratis. El ejemplo se extendió con rapidez y numerosas compañías copiaron la estrategia. Hoy, son un elemento promocional que sigue vivo y que se ha trasladado a la red.
Los códigos o bonos de descuento están en todas partes. Incluso hay páginas web que se dedican exclusivamente a rastrear internet para encontrar promociones y ofrecerlas al público. Pero, ¿son descuentos reales? La respuesta es sí; para los escépticos se puede usar como ejemplo el código promocional de bet365, que proporciona crédito a los clientes nuevos para empezar a jugar.
Los bonos de bienvenida de las casas de juego online son ya un clásico para atraer a nuevos abonados, pero hay muchísimos ejemplos. Solo es cuestión de invertir unos minutos en rastrear y pescar las ofertas. Y hay que darse prisa, porque las promociones cambian con frecuencia y lo que hoy está en promoción es posible que ya no lo esté mañana.
Apps de shopping
La fiebre por los descuentos se ha trasladado al móvil. Hoy el smartphone se usa para todo y, por supuesto, también para comprar. Una forma muy práctica de estar al día en cuanto a promociones es descargarse una app de shopping. Estas aplicaciones móviles permiten localizar sobre el mapa establecimientos y ofertas, y además disponen de sistemas de alerta. De esta manera, el consumidor está siempre avisado del lugar donde puede comprar más bárato.
Las apps de shopping informan prácticamente de todo: alimentación, limpieza, higiene, electrodomésticos, ocio, etc. Solo es cuestión de configurar la aplicación conforme a nuestros intereses y prestar atención a los avisos.
"Oferta solo para compras por internet"
Esta frase es un elemento recurrente en la red y responde a una realidad. En numerosas ocasiones sale más a cuenta comprar en la web de un comercio que dirigirse a él de manera presencial. Este tipo de promociones lo podemos encontrar en muchos establecimientos. Un ejemplo muy claro son las tiendas de neumáticos que se publicitan en televisión. Si adquieres las ruedas vía web y te las montan en el taller del establecimiento, el precio es más bajo que comprándolas directamente en la tienda física.
Lo mismo podemos encontrar en tiendas de muebles, de electrodomésticos e incluso de vehículos. Es una manera de incentivar el consumo que resulta muy rentable para nuestros bolsillos.
Comparadores
Las cadenas de televisión van llenas de anuncios sobre webs comparadoras. Son herramientas que se han hecho muy populares y que resultan realmente útiles a la hora de tomar decisiones. El comparador trabaja por ti. No hace falta ir web por web buscando precios o servicios; la página rastrea por si sola entre miles de sitios para ofrecerte los productos que buscas y ordenados según tu conveniencia.
Existen muchos tipos de comparadores. Algunos contienen multitud de categorías, de manera que puedes buscar desde un seguro de automóvil hasta una compañía eléctrica. Pero también hay comparadores especializados en materias concretas, como pueden ser telefonía, vuelos, hoteles, productos financieros, etc.
Subastas online
Las páginas de subastas son otra fórmula muy útil de adquirir productos a precios muy interesantes. Existen numerosas webs dedicadas a este propósito, algunas, como Ebay, con más de 20 años de experiencia.
Adquirir productos por subasta en mucho más sencillo de lo que parece y además resulta más ameno. Es entrar en competición con otros compradores y ofrecer el precio que se crea justo. Y nadie obliga a gastar más de la cuenta; si el precio que está adquiriendo un producto está por encima de nuestras posibilidades, solo cabe renunciar y olvidarse del asunto.
Las subastas son además una forma interesante de vender productos que no se necesitan. Cualquier persona puede poner objetos en subasta y sacarles algún rendimiento en la red.
Comprar con antelación
La forma más clásica de ahorrar dinero en determinados productos es comprar con antelación. Es la fórmula que utilizan las compañías aéreas y se ha extendido también a hoteles y otros artículos.
El ahorro con este sistema es considerable. Solo hay que ver los precios que adquieren los vuelos cuando se aproxima el día de salida; si tenemos claro el destino y las fechas, cuanto antes compremos, mejor.
