Agravio a la cordura

ADEMÁS de agravio comparativo, que también, es sobre todo un desaire a la cordura y una burla a la sensatez. No es preciso ser fino observador para percatarse de que al PP nunca le apasionó la ley antitabaco, aprobada por los socialistas. En la oposición, algunos de sus dirigentes llegaron a insinuar que cuando gobernasen la revocarían o modificarían; Esperanza Aguirre quería hacerla a su medida, desnaturalizándola. Pero de ahí a que el Gobierno se preste a hacer una excepción con Eurovegas, la cosa cambia… para peor. La excusa de que es por garantizar la inversión y los puestos de trabajo previsto no parece suficiente como para burlar una prohibición que ya fue ampliamente aceptada, con independencia, insisto, de que se trata de un flagrante agravio comparativo. Lo lógico es que otros establecimientos y escenarios reclamen lo mismo y se cederá; aunque así no fuese, al fin y al cabo con la trasgresión de la ley que aprobó el Parlamento se trata de rentabilizar intereses y capital privado. No parece muy afortunado.

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