Admitir el debate

No es nada nuevo el debate sobre seguridad y libertad o sobre renuncia a ciertas libertades por razones de seguridad. No es una razón de seguridad individual y colectiva que se pueda escuchar y entrar en la vida de las personas sin autorización judicial. Es vaciar de contenidos esenciales lo que se conoce como sociedades abiertas. La izquierda y la derecha, como lo presentan algunos, no se dieferencian en eso. El liberalismo, como se ve ahora dentro del grupo popular en el Parlamento Europeo, se niega a cualquier recorte de las libertades individuales bajo el argumento de garantizar la seguridad. El debate estuvo muy vivo en EE.UU. tras los atentados del 11-S. Michel Ignatieff, de claro corte liberal política e intelectualmente, dejó testimonio. Aquí, hay que pedir que se admita la posibilidad del debate. La pérdida del espacio Schengen, la posibilidad de viajar de Lugo a Berlín sin pasaporte ni visado, sería un retroceso. Defender las libertades no se contrapone a disponer de medios legales para controlar al yihadista que viaja a Siria para cargarse de fanatismo y entrenarse para matar luego en Europa.

La incertidumbre

El PP pone en marcha la maquinaria para las elecciones locales y regionales de mayo. Falta conocer algunos candidatos que pueden ser significativos, como indicativo es el anuncio del regreso de Aznar a una campaña. Rajoy dice que el PP sigue, según sus encuestas, como primera fuerza y Podemos como segunda. En cualquier caso, primeros o segundos, esas encuestas internas del PP, que cita Rajoy, reflejan un cambio de ciclo con esa posición electoral relevante de Podemos y en la que otras encuestas incluyen a Ciudadanos. Esperanza Aguirre declaraba que se quedó tranquila después de ese dato de Rajoy. Quién y con quién gobierna en ese escernario. ¿El gran cambio tras la Transición?

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