Adiós comida

Si por un casual les apetece un buen chuletón, mejor hoy que mañana; si el antojo es un buen cocido, una paella, una mariscada…, no se entretengan. Lo digo porque, según deduzco, la gastronomía sólida, de cuchillo y tenedor, se acaba. O eso pretende un joven ingeniero informático estadounidense, creador de un alimento en polvo, llamado Soylent, un compuesto con todas las vitaminas, proteínas, minerales, sales y nutrientes que el cuerpo necesita, aunque hay nutricionistas que cuestionan el producto. Es decir, que la nueva cocina de Ferran Adrià pasa a ser una antigualla sin acomodo en la guía Michelín, con un desfase que la relega y confunde con las tradicionales recetas del genial Picadillo, en 1905. Estamos, pues, ante el fin de la comida. En realidad, el sistema parece más práctico y funcional. Los suministros se conservan más tiempo y sin bacterias, oiga. Y Rob Rhinehart, el inventor, asegura que perdió peso, duerme mejor y se concentra más. Eso sí, los fines de semana conserva la fea costumbre de engullir alguna hamburguesa que otra.

Comentarios