Abusos de la Ora

CASI todo lo que atañe al sistema Ora implantado en Lugo huele a chamusquina, empezando por la nefasta gestión, pero también por lo que concierne al servicio en sí, del que el ciudadano no obtiene beneficio, tal y como está concebido. El usuario, cada vez que introduce las monedas en la maquinita tiende a malpensar, visto los antecedentes, en el incierto destino de su dinero, bajo sospecha de lucro en aras de una entidad privada y sus amiguetes. Pero el colmo de los contrasentidos es el hecho denunciado hace dos o tres días por una lectora de este diario, en una carta al director. Nadie lo desmintió, y de ser cierto como parece, existen casos de desobediencia civil mucho menos justificadas para no acatar la absurda norma. O sea, que si un automovilista paga religiosamente un tique por el tiempo máximo permitido, y mueve su coche en ese lapso a otra ubicación que no sea en la misma zona acotada, ha de pagar de nuevo. ¿Puede haber alguna razón que justifique tal arbitrariedad, que no sea el voraz afán recaudatorio? Está muy claro. Ninguna.

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