Abofetea a su hija de 17 años porque le contestó y el fiscal le pide ocho meses de cárcel

Una mujer de 37 años de edad, con inciales M.P.V., se sentó ayer en el banquillo de los acusados del Penal número 2 de Lugo por abofetear a su hija de 17 años en una aldea del municipio de Chantada.

Según se recoge en el escrito de acusación del fiscal, los hechos ocurrieron sobre las siete y media de la tarde del pasado 24 de enero, cuando la acusada y su hija iniciaron una discusión en el interior de su domicilio. El ministerio público mantiene que la mujer obligó a su hija a arrodillarse en el pasillo de la vivienda, donde presuntamente le dio bofetadas en la cara y una patada en el estómago. Como consecuencia de la agresión, la menor recibió asistencia médica pero no precisó ningún tipo de tratamiento.

Durante la vista oral, celebrada ayer en el juzgado de lo Penal número 2 de Lugo, la mujer reconoció que le dio «una o dos bofetadas», pero negó que le propinara una patada. Según dijo, la menor llevaba unos días «rebotada» y provocando continuas discusiones familiares. «Ese día le mandé sacar la basura, me contestó mal y le dije que se pusiera mirando a la pared y se relajara, pero ella se encaró conmigo, así que la aparté hacia atrás agarrándola por el pelo y le di una bofetada».

Tal y como explicó, nunca tuvo la intención de agredir a su hija, «pero en el momento me puse muy nerviosa porque la niña me acorraló contra la pared y no me obedecía», dijo.

El altercado finalizó cuando la hermana gemela de la menor y la hermana de la acusada acudieron a separarlas. Las dos mujeres declararon en el juicio que escucharon los gritos de ambas, pero que no vieron la agresión y que M.P.V. tenía un ataque de ansiedad.

Por su parte, la hija mayor de la acusada achacó la denuncia a que su hermana quería irse a vivir con su novio y aseguró que su actitud había «cambiado mucho» desde que inició la relación sentimental con su pareja. «De hecho, después de denunciar a mi madre le dijo que le retiraba la denuncia si le daba la emancipación».

Desde que ocurrieron los hechos, hace poco más de un mes, la menor no regresó a su domicilio y tampoco quiso irse a vivir con sus tíos ni con sus abuelos a la aldea, sino que reside con una amiga en Chantada, «ya que así tiene más libertad para salir y hacer lo que quiere», apuntó su hermana.

La presunta víctima, por su parte, no quiso declarar en el juicio y la letrada de la defensa pidió la libre absolución de la acusada. Además, pidió al juez que se tomaran medidas para que la menor resida con su familia, ya que tanto sus abuelos como sus tíos estarían dispuestos a asumir la custodia.

LA ACUSADA
«No haría daño a mis hijas; son lo que más quiero»

En su derecho a la última palabra, la acusada aseguró que nunca tuvo la intención de atacar a la menor. «Nunca les haría daño a mis hijas; son lo que más quiero en la vida», insistió.

Apoyo de sus otras hijas

Las dos hermanas de la supuesta víctima declararon ante el juez que su madre «nunca jamás» les había puesto la mano encima a ninguna de las tres. Las dos jóvenes arroparon a su progenitora a las puertas del juzgado de lo Penal número dos de la capital lucense.

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