Vidente de nacimiento. ¿Es real que existen las videntes que nacen con este don?

¿Hay personas que pueden ver más allá de lo evidente de verdad? ¿Es posible encontrar una vidente real entre tanto vidente falso y fraude? En situaciones de crisis como la actual, es habitual encontrar un florecimiento de personas que aseguran que pueden leer el futuro. De ahí que surja la duda sobre la veracidad y fiabilidad de todas ellas. La vidente Iris Belmonte nos atiende por teléfono y nos explica cómo identificar a un vidente natural de quien intenta aprovecharse de una necesidad. 

La valenciana Iris Belmonte, de videntedeverdad.es, está considerada como una de las videntes más reputadas tanto en España como fuera de sus fronteras gracias a la certeza que le otorga el don de la videncia de nacimiento. 

Tal y como apunta Iris Belmonte, las videntes que como ella nacen con esa cualidad se distinguen de todos los fraudes y los grandes gabinetes porque sí, pueden dar predicciones a las personas y ver el tiempo venidero, pero también acontecimientos del pasado y situaciones del presente que se desconocen como fundamentales para comprender la situación de la persona.

 

Cómo identificar una vidente de nacimiento fiable

Especialmente en los tiempos convulsos que corren, encontrar una vidente de nacimiento de verdad no siempre es sencillo. Iris Belmonte explica que, a la competencia sana entre videntes fiables se une un fuerte intrusismo en el sector de la videncia y el tarot telefónico; falsos videntes que se venden a sí mismos como buenos videntes, que prometen resultados fiables al 100%, pero que en realidad son un fraude. Su operativo es bastante estandarizada: suelen trabajar en grandes gabinetes como si fueran call centers, atendiendo llamada tras llamada en un ambiente que, de partida, ya no es propicio para la auténtica videncia.

Las personas que caen en sus redes asisten a sesiones que comienzan con una centraliza, explica Belmonte, y esta es la primera pista que debe hacer desconfiar al consultante. Las videntes reales como ella misma atienden personalmente. Siempre.

A continuación, se les pasa con el falso vidente, no con quien ellos creen que van a hablar, y este comienza a hacerles preguntas basadas en un guion que les marcan a través del cual pueden sacar todo lo que necesitan para engañar al consultante y ofrecerle unas respuestas que él previamente ya ha dado. Su gran éxito es hacer creer a quien llama que es el ‘don’ del supuesto vidente el que ha conseguido ver esas respuestas.

Por el contrario, las videntes de nacimiento no hacen preguntas sino que dan respuestas, y es el consultante quien, cuando comprueba el auténtico don de la videncia, hace las preguntas o saca los temas que le preocupan. Con tan solo escuchar su voz y saber dos datos de la persona.

Ninguna vidente verdadera, insiste Iris Belmonte, tiene la capacidad de dar respuestas 100% exactas, ya que las mancias parten de la interpretación de las energías. Otro de los rasgos característicos de las buenas videntes y maestras del tarot es que son honestas: no dan las respuestas que el cliente quiere escuchar sino aquello que se las revela. 

Poseer la capacidad de la videncia no es algo sencillo ni habitual. Existen muchas personas que muestran una especial sensibilidad y capacidad empática que, sin embargo, no poseen el don para ver más allá. Otros muchos falsos videntes simplemente se adornan de una parafernalia más propia del show que de la realidad de las buenas videntes.

 Iris Belmonte insiste en que no sólo basta nacer con esta capacidad, también hay que saber desarrollar este poder, algo que, como ella misma conoce de primera mano, conlleva mucha dedicación y esfuerzo continuo. También de un fuerte compromiso, pues no es fácil, en muchas ocasiones, saber determinados elementos que también afectan a la profesional de la videncia. Como remarca, son humanos.

El poder de la videncia de nacimiento en Iris Belmonte es heredado. Tanto su madre como su abuela materna poseían el mismo don. Durante su infancia, al vivir en un pequeño pueblo, vivió momentos difíciles, siendo objeto de la burla de muchos de sus vecinos que no comprendían la afluencia constante de personas a su casa. Sin embargo, al mismo tiempo, supuso las bases para conseguir ser una de las mejores videntes sin gabinete de España. 

Su abuela primero y después su madre se convirtieron en sus guías para aprender a controlar las visiones y los momentos de videncia natural. Desde entonces, la vidente de nacimiento Iris Belmonte no ha dejado de perfeccionar sus cualidades y ha sumado conocimientos como la lectura de cartas y el tarot, de lo que también es maestra.

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