Los venezolanos acarician desde Lugo el sueño del fin de Maduro

La numerosa comunidad ansía la derrota chavista mientras intenta ayudar desde aquí como puede a la familia que sigue en el país

Concentración de venezolanos contra Maduro este año en Lugo. AEP
photo_camera Concentración de venezolanos contra Maduro este año en Lugo. AEP

Los teléfonos ardían este martes en las manos de los venezolanos asentados en Lugo, que ansían el fin de la agonía que vive el país y no ven el momento de poder acudir a la estatua de Simón Bolívar en Fonte dos Ranchos a celebrar el inicio de un nuevo futuro para su país tras los años negros.

Karin Mago, la presidenta de la Asociación de Venezolanos en Lugo, decía que toda la comunidad esperaba "con fe y esperanza el fin de Maduro, porque la situación es insostenible". Los venezolanos hablan de una situación de penuria tan grave que son quienes están aquí, que han llegado con las manos vacías y muchas veces encuentran trabajos precarios, quienes se tienen que hacer cargo de mandar dinero y medicamentos a los familiares que se han quedado, para que puedan sobrevivir en el país.

Los venezolanos se mantuvieron todo el día en contacto constante con los familiares y amigos que quedan en el país y también con los compatriotas que se han asentado en la provincia y en Galicia. Perseguían con ansia la noticia de la caída de Maduro y a algunos les contaban rumores de que ya había huido a Cuba.

Pero lo cierto es que las informaciones que les llegaban eran confusas. "Las comunicaciones en el interior del país se han cortado para evitar que la gente sepa lo que pasa, así que hay muchos a los que estamos informando desde aquí de lo que ocurre en Venezuela", contaba Mago.

Muchos han llegado con la manos vacías, pero se esfuerzan para mandar dinero y medicamentos al país, ante la penuria

En Lugo la comunidad es numerosa. "A 31 de marzo, y solo según los datos del Ayuntamiento de Lugo, había en la capital 828 venezolanos, pero desde entonces han llegado muchos más y hay también en otras poblaciones de la provincia", contaba Karin Mago.

Son ciudadanos que luchan por abrirse camino. "Han dejado todo atrás, algunos han vendido la casa solo para poder pagarse los billetes de avión", decía este martes Mago, que apuntaba que la integración es dura tras todo lo que han vivido. "La adaptación es quizás más fácil para los niños, porque aquí al menos pueden salir al parque y jugar, algo que en Venezuela no pueden hacer", relataba.

Para los mayores es más duro. Muchos son profesionales que han dejado una vida atrás y que tienen que agarrarse a cualquier trabajo. "La hostelería está siendo la principal salida de muchos y estamos agradecidos de las posibilidades que nos dan, porque cuando se necesita un trabajador hay empresarios que recurren a los venezolanos", decía Mago. Otros intentan ir haciéndose hueco en sus profesiones. Es el caso de los médicos. A Lugo han llegado al menos diez y algunos tienen ya trabajo en la privada y otros están aún en proceso de homologación de sus títulos, pero con esperanza de salir adelante ejerciendo su carrera, explicaba.

La asociación, mientras tanto ejerce de nexo entre la creciente comunidad y presta apoyo con el proceso de asentamiento en Lugo y también facilitando ayuda, sobre todo cubriendo necesidades de los recién llegados tan básicas como la ropa.

Pero entre lo más duro que soportan los venezolanos de Lugo está el ir viendo cómo su país se desangra. Por eso, Mago decía este martes que están todos deseando poder salir a la calle a celebrar el fin del régimen. El plan es una fiesta ante la estatua de Bolívar y brindar en algún bar de venezolanos.

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