Las FARC vuelven a calentar las relaciones entre Nicaragua y Colombia

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega (izquierda) en una foto de archivo junto a los jefes de Gobierno de Venezuela y Ecuador
photo_camera El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega (izquierda) en una foto de archivo junto a los jefes de Gobierno de Venezuela y Ecuador

Las FARC han vuelto a calentar las relaciones entre Nicaragua y Colombia con su petición al presidente nicaragüense, Daniel Ortega, para que medie en el conflicto que la guerrilla mantiene con el Gobierno de Álvaro Uribe.

El nuevo ministro de Relaciones Exteriores colombiano, Jaime Bermúdez, remitió una nota de protesta a su par en Nicaragua, Samuel Santos, en la que aclara que "no autoriza ni avala gestión alguna" de Ortega ante una organización terrorista como las FARC, y considera que una eventual mediación del jefe de Gobierno nicaragüense sería una "violación del principio de no injerencia en los asuntos internos de los Estados".

Hace unos días, Ortega aceptó entrar en contacto con los "hermanos" de las FARC para "aportar la paz en Colombia", que, según él, "es el principal factor de inestabilidad en toda América Latina". La guerrilla le había solicitado que sirviera de interlocutor en una carta fechada el pasado 26 de junio.

Protesta 'enérgica' de Colombia
Al Gobierno de Uribe le ha molestado la petición de las FARC, pero también el tono y contenido de las declaraciones del presidente de Nicaragua.

"Las verdaderas amenazas para Colombia y la región son el narcotráfico y el terrorismo", respondió el ministro colombiano en alusión a su país como factor desestabilizador. Además, el tratamiento de "hermanos" que dio Ortega a los rebeldes de las FARC viola, en su opinión, el consenso internacional que existe sobre la lucha contra el terrorismo.

Por este motivo, Colombia está dispuesta a llevar este asunto ante la Organización de Estados Americano (OEA), "por tratarse de actuaciones que violan la letra y el espíritu de la Convención Interamericana contra el Terrorismo" y las resoluciones de la ONU sobre este mismo tema.

Los sandinistas invitan a Uribe a ''leer bien''
El partido gobernante en Nicaragua, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FLSN) se apresuró este viernes a aclarar que lo que pidieron las FARC a Daniel Ortega fue hablar, y no mediar, sobre el conflicto interno colombiano, e invitó al Gobierno de Uribe a "leer bien" la carta enviada por los rebeldes.

En una clara muestra de rechazo a la misiva de protesta enviada por Colombia, el secretario de Relaciones Internacionales del FLSN, Jacinto Suárez, declaró que "lo que las FARC han dicho es que quieren hablar con Daniel (Ortega) sobre la paz y la guerra. Eso dice la carta de las FARC, léanla bien, nadie ha nombrado mediador a Ortega", enfatizó el dirigente sandinista.

"Si el Gobierno de Colombia se quiere adelantar a esto de la mediación, es problema de ellos, porque la mediación tiene un principio: o la aceptan las dos partes o no existe mediación", agregó.

Las tensas relaciones entre Nicaragua y Colombia
Este episodio no es el primer conflicto que se desata entre ambos países en relación a las FARC, y no ha hecho otra cosa que añadir más leña a las tensas relaciones entre Colombia y Nicaragua, que mantienen desde los años 80 un conflicto sobre sus límites nacionales en aguas del Caribe.

El pasado mes de febrero, el presidente nicaragüense rompió relaciones con Bogotá por "solidaridad" con Ecuador tras la operación del ejército colombiano contra un campamento de las FARC en territorio ecuatoriano, en la que murieron 26 personas, entre ellas el portavoz internacional de la guerrilla 'Raúl Reyes'.

Dos meses después de que Ecuador y Colombia zanjasen la crisis diplomática con un apretón de manos, Ortega provocaba las iras del Gobierno de Uribe al ofrecer asilo a dos presuntas guerrilleras y una mexicana que sobrevivieron a la incursión militar colombiana.

Tras la liberación de Betancourt y otros 14 rehenes secuestrados por las FARC, Ortega ofreció a Uribe de nuevo su ayuda para conseguir la puesta en libertad del resto de los rehenes, para días después criticaba nuevamente a Estados Unidos y Colombia durante una visita a Ecuador, respaldando la decisión de Quito de mantener rotas las relaciones diplomáticas con Bogotá.

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