"Un cobertor de plástico vale unos 20 euros y debajo duermen 15 personas"

El lucense que presta ayuda en Nepal intenta administrar los pocos recursos con los que cuentan, mientras aumentan la tensión y los saqueos
Una familia abandona un campamento para regresar a su hogar tras pasar el peligro.
photo_camera Una familia abandona un campamento para regresar a su hogar tras pasar el peligro.

HE REGRESADO de Pipaltar, donde fui a buscar a Anil (una persona conocida en esta ciudad y que fue mi contacto estos días), quien estuvo haciendo la entrega por la mañana de lo que llegó el miércoles por la noche. Yo me quedé en el pueblo con entrevistas para conseguir firmas que ya son una pérdida de tiempo. Anil estaba derrumbado, cansado y frustrado. Hubo problemas. La primera vez que le veo sin sonreír. Está mandando a la mierda a todo y a todos. No puedo quedarme sin él. Fue hablar cinco minutos, confesarle mis propias dudas, y ver cómo es él quien se levanta y me anima, él, que estaba derrotado, y ahí está en pie, con esa sonrisa poderosa, y me cuenta un nuevo plan, y me dice, venga, seguimos, ¿quieres?

Ha llegado esta tarde (por ayer) otro camión desde Katmandú con comida, mantas y cobertores de plástico. Viene con un grupo de chicos voluntarios que conocen a Anil desde hace años. Con uno de ellos, Simon, he hecho una rápida amistad. Mañana (por hoy) haremos la entrega alrededor de Pipaltar. Nos dicen que tengamos cuidado, la tensión aumenta y puede haber saqueos.

MONTAÑA. «En algunas aldeas del norte empiezan a formarse grupos de jóvenes para explorar zonas a las que no se llegó»

Anil ha situado una nueva aldea en el mapa, Gakú, a una hora a pie de Pipaltar. Sabemos que está enteramente destruida, cerca de cien casas, y todavía no han podido recibir ninguna asistencia. Según Anil, si queremos apoyar a la población entera durante dos o tres semanas, con cobertores incluidos, tendremos que invertir unas 200.000 rupias (2.000 euros).

La lista de necesitados

No nos olvidamos de Kateldanda. El miércoles estimaron una inversión de 4.000 Rupias (40 euros) para comida y protección para cada una de las 25 familias más necesitadas, durante al menos un par de semanas. Pensé en cortar esta cifra por la mitad, dejando los cobertores para más adelante. Se han repartido muchos en la ciudad de Gorkha que según me dicen se los ha llevado gente que no los necesita. El Gobierno ha gestionado el reparto y lo ha hecho sin mirar a quien, y además en el mercado de Gorkha, donde están los menos necesitados. Precisamente me encontré el reparto cuando volvía de Kateldanda.

No hacemos las compras en Gorkha porque son más caras, aunque sería todo más rápido. Desde Katmandú están tardando catorce horas en llegar, sí todo va bien. Tenemos Chita a un par de horas (40 kilómetros), desde ahí pediremos el próximo envío mañana (por hoy).

RECURSOS. «El mensaje es que no se ha de esperar ayuda de fuera, como si no existiera; hay que empezar a trabajar ya»

En algunas aldeas hacia el norte se empiezan a formar grupos de jóvenes que alcanzan aldeas vecinas para traer de vuelta a la gente que puedan y formar grupos grandes donde puedan cuidar unos de otros. También se ha hablado de esa idea por aquí con más chicos. Temo que el efecto de estos planes sea muy limitado. Al menos nos vamos elevando el ánimo entre todos.

El mensaje es que no se ha de esperar por la ayuda de fuera, como si no existiera, hay que empezar ya. No es para reflexionar ahora, pero no puedo sino evitar pensar en los problemas de la ayuda en África, el «negocio del hambre». Ya habrá tiempo de volver sobre esto.

Nuestras cuentas

Manejamos las siguientes cifras para conseguir material y comida de primera necesidad:

Un cobertor de plástico cuesta entre 1.000 y 2.000 rupias (10 a 20 euros), según la calidad . En casos extremos pueden dormir debajo 10 personas, tal vez 15, aunque he contado a veces hasta 20. Idealmente sería por grupo familiar, pero no estamos en un mundo ideal.

CRÍTICAS. «El Gobierno repartió cobertores en el mercado de Gorkha, donde menos se necesitan»

El precio de 25 kilos de arroz va de 1.500 a 3.000 rupias (15 a 30 dólares).

Agua por fortuna hay, a veces demasiada porque estamos en la montaña. Ya se ha hablado de las letrinas en las aldeas, pero hay que insistir.

Por otro lado, un grupo de voluntarios nepalíes montó un campamento médico aquí cerca de donde estamos. Todo el grueso de la ayuda está siendo comunitario. Las comunidades nepalíes están volcadas en un esfuerzo titánico para detener esta gran sangría

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