Ucrania quiere la paz pero se prepara para la guerra

Ucrania asegura que quiere la paz con los rebeldes prorrusos, pero se prepara concienzudamente para la guerra con los separatistas, mientras Rusia y EEUU llamaron hoy a ambos bandos a convocar con urgencia una nueva ronda de negociaciones en Minsk. "Hay que mantener la pólvora seca. Si los acontecimientos se vuelven contra el plan de paz, las Fuerzas Armadas ucranianas están hoy dispuestas y capacitadas para responder" afirmó el presidente ucraniano, Petró Poroshenko durante una reunión hoy con los jefes de las estructuras de fuerza.

Poroshenko subrayó que, en su opinión, la solución al conflicto en las regiones orientales de Donetsk y Lugansk, controladas parcialmente por separatistas prorrusos, "es exclusivamente político". "Pero, a día de hoy, disponemos de fuerzas y medios para defender el Estado", subrayó el presidente, cuyo plan incluye tres años de autogobierno para las zonas bajo control rebelde.

Desea lo mejor (la paz), pero espera lo peor (la guerra): es el dilema en el que se debaten las autoridades ucranianas desde las controvertidas elecciones separatistas del 2 de noviembre, que han convertido en papel mojado el plan de paz de Poroshenko, elogiado por el propio Kremlin.

De hecho, el líder ucraniano explicó hoy que en los últimos tiempos las autoridades han emprendido denodados esfuerzos para rearmar a las unidades desplegadas en la zona de conflicto, según el principio "todo para el frente, todo por la victoria".

"No hay motivos para caer presa del pánico. Hemos puesto en práctica en los últimos dos meses importante pasos para preparar nuestras Fuerzas Armadas y otras unidades para la defensa de Ucrania", destacó el presidente.

Y es que la realidad es muy tozuda: los acuerdos de paz de Minsk no se cumplen, los combates en las últimas dos semanas se han recrudecido- hoy mismo, según el mando ucraniano, cayeron cuatro efectivos-, los rebeldes no dejan de recibir refuerzos desde Rusia, de acuerdo con Occidente, y los civiles siguen muriendo.

La estabilización del frente a través de una línea de separación y una zona desmilitarizada de 30 kilómetros, contempladas en el Memorándum de Paz de Minsk, son una utopía en unos momentos cuando las fuerzas gubernamentales se reagrupan y movilizan a reservistas, y los milicianos intentan reconquistar el aeropuerto de Donetsk.

Kiev parece haber perdido la fe en las consultas de Minsk, ya que, con la mediación rusa, no ve posible arrancar concesiones por parte de los rebeldes, por lo que exige regresar al formato de Ginebra, donde estaba presente uno de sus valedores, EEUU.

Mientras, los separatistas, que exigen una revisión del mecanismo de control de los acuerdos de paz con el argumento de que la OSCE no puede garantizar el alto el fuego, piden una reunión urgente con Ucrania en Minsk.

"Cualquier intento de arreglar el conflicto sin la participación de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk será inútil y llevará inexorablemente el proceso negociador a un callejón sin salida", advirtió Denís Pushilin, negociador de la autoproclamada república popular de Donetsk,

Se le sumaron hoy el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, y el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, quienes abogaron por "reanudar cuanto antes el trabajo del Grupo de Contacto" de Minsk.

Rusia insiste en que Kiev se siente a negociar con los nuevos interlocutores separatistas surgidos tras las controvertidas elecciones en las zonas rebeldes condenadas por Kiev y Occidente.

Por otra parte, Moscú complicó hoy aún más si cabe el panorama negociador al acusar a la misión de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) encargada de observar el alto el fuego en el este de Ucrania de tratar de ayudar a las autoridades de Kiev.

"Estamos preocupados por la postura que la misión especial de observación de la OSCE en Ucrania ha asumido últimamente. Tenemos la impresión de que sus esfuerzos van dirigidos a apoyar y asistir sólo a una de las partes del conflicto, las autoridades de Kiev", señaló el comunicado de la Cancillería rusa.

Moscú critica los informes de la organización que salvaguarda el cumplimiento de los acuerdos de paz de Minsk porque "contienen datos exhaustivos sobre la movilización de las unidades militares de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk".

"Pero ignoran las informaciones sobre los preparativos militares y concentración de unidades de ataque en torno a la línea de separación" por parte de las tropas ucranianas, apunta.

Por otra parte, tanto la OSCE como la OTAN han informado en los últimos días de que camiones con el distintivo "Carga-200" -que alude a ataúdes de zinc con cadáveres de soldados rusos caídos en combate-, cruzaron la frontera ucraniana con destino a Rusia.

Después de que EEUU y varios países europeos denunciaran la entrada en Ucrania de convoyes militares con armamento pesado desde Rusia, el Consejo de Seguridad de la ONU advirtió el miércoles del riesgo de que las actuales hostilidades deriven en "combates a gran escala".

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