El viejo continente, siempre fascinado por la 'catarsis' que suponen la carrera hacia la Casa Blanca -especialmente por el proceso de primarias- no concibe cómo tener un 'show' semejante al que los demócratas y republicanos montarán en Denver y Minnesota respectivamente.
Estos días queda más patente que nunca que más que formaciones políticas al 'uso europeo', los dos -y casi únicos- grandes partidos de Estados Unidos son realmente enormes plataformas publicitarias a mayor gloria del elegido de turno. Los límites ideológicos se difuminan, la victoria es lo único que cuenta.
Para tal fin, Obama contará con el apoyo de 50.000 participantes -entre ellos 15.000 periodistas- que vitorearán su elección como si de un gran circo romano se tratase. Todo parecido con los congresos que viven los partidos europeos, en forma y fondo, es pura coincidencia.
Reconciliar al partido
El espectáculo comienza sin reparar en gastos, con un presupuesto de 60 millones de dólares, con un dispositivo de seguridad nunca visto anteriormente en una convención y la firme intención de pulir aún más la telegenia de un candidato amado por las cámaras. Nada puede fallar, así que el gobierno local de Denver aprobó una ley que pretende impedir que los omipresentes manifestantes tiren excrementos sobre la policía
El 'show', que acabará con un multitudinario mítin de Obama en el estadio de los Broncos de Denver, debe conciliar también otros objetivos. Además de seguir engrasando la máquina recaudatario del candidato, debe cicatrizar las heridas aún abiertas tras medio año de guerra fracticida y proyectar una imagen optimista y ganadora del tandem Obama-Biden (denominado ya como 'Obiden').
De hecho, la figura del candidato a la vicepresidencia ha tenido la virtud, presuntamente, de haber logrado un apoyo unánime en el partido. E incluso fuera de él, ya que este lunes la secretaria de Estado, Condoleezza Rice ha alabado a Biden como un "excelente estadista" y un "verdadero patriota".
El factor Hillary
Pero algunos seguidores de Hillary Clinton, la pre candidata que se negó a rendirse hasta el final, están descontentos porque la senadora por Nueva York nunca hubiese sido verdaderamente considerada para el puesto.
Descontentos hasta el punto de que algunos han empezado a hacer campaña por McCain, porque "es un candidato que está listo para ser presidente desde el primer día", según comenta Silverio Salazar, lider de una faccion autodenominada "Demócratas por McCain".
Agenda con riesgos
Hasta ahora, el equipo de Obama demostró tener un don para la puesta en escena y para recaudar dólares incluso debajo de las piedras. Así que nada quedará al azar en este 'supermaratón televisivo' lleno de glamour al que ya han confirmado asistencia estrellas como Oprah Winfrey, Madonna, George Clooney, Scarlett Johansson o Bob Dylan. Sin embargo, la agenda no está exenta de riesgos para el senador de Illinois.
Lunes: hora para Michelle la 'futura primera dama' (o eso desean los asistentes), rodeada por otros miembros con apellido Obama, que entonarán ese gran himno americano que es el 'We are family'. El ex presidente Jimmy Carter y la actual jefa de la cámara de representantes, Nancy Pelosy, defenderán el patriotismo de Obama, debilitado por los continuos ataques de McCain.
Martes: Uno de los días más delicados de la semana, en el que se juega gran parte de la unidad de partido. Hillary Clinton, en cuyos seguidores puede estar la llave de la victoria tomará la palaba para hablar de la ''renovación de las promesas de América''.
La gran derrotada del proceso de primarias consiguió que su nombre esté presente en la primera ronda de votaciones, algo inédito desde 1976 y que puede poner en evidencia la debilidad de Obama. En todo caso, la ex primera dama cuenta con un 'escuadrón' de 40 personas que pretenden evitar ''males mayores''.
Miércoles: turno para Joe Biden, la ''otra mitad'' de la candidatura que pasará su primer examen serio. Corre el serio riesgo de ser eclipsado por Bill Clinton, parco en elogios a Obama y que sigue disfrutando de una oratoria invencible.
Jueves: El Día D, en el que la estrella del show debe mostrar su brillo. Si supera con éxito los desafíos de los tres días anteriores, no debería tener problema en pulir su aura de ''presidenciable'', palabra clave en un proceso en el que una corbata puede valer tres puntos de popularidad.
