Suben a 35 las niñas que perdieron la vida tras el incendio en un centro de menores de Guatemala

El presidente del país admite que la problemática de los infantes no es solo una cuestión de la administración, sino también de "la falta de una institución como la familia"
Un momento de la protesta el Gobierno de Guatemala por la muerte de 34 niñas calcinadas en un centro de menores
photo_camera Un momento de la protesta el Gobierno de Guatemala por la muerte de 34 niñas calcinadas en un centro de menores

El número de jóvenes muertas en Guatemala tras el incendio ocurrido en un centro de menores aumentó a 35, mientras que otras 19 permanecen ingresadas por el fuego que surgió cuando protestaban por supuestos abusos sexuales y físicos. 

Trece de las víctimas perdieron la vida en las últimas horas y las que siguen internadas presentan quemaduras de hasta cuarto grado, por lo que la mayoría de ellas, de entre 12 y 17 años, está en estado grave y el riesgo de mortalidad es alta. 

Según las primeras pesquisas, el fuego fue originado por las mismas jóvenes en unos colchones del Hogar Virgen de la Asunción, una casa hogar administrada por el Estado y con un hacinamiento que ya había motivado múltiples denuncias. 

Un joven del centro, Daniel, contó a la prensa que las chicas estaban encerradas bajo llave en un aula en el momento del suceso y denunció que las autoridades tardaron mucho en reaccionar. 

La casa hogar de menores, ubicada en el municipio capitalino de San José Pinula, ha estado envuelta en polémica desde el año pasado. Al menos 47 jóvenes se fugaron entonces, lo que llevó a la Secretaría de la Presidencia, encargada de la guardia y custodia, a destituir en su momento al director. 

En el centro hay internados 748 menores de ambos sexos, aunque tiene capacidad para 400. Entre ellos, además de huérfanos o víctimas de violencia, también hay algunos acusados de pertenecer a pandillas o de delitos criminales, denunciaron los familiares. 

Ante lo ocurrido, el Gobierno destituyó al director, decretó tres días de luto y reconoció que la tragedia se pudo haber evitado, pero responsabilizó de ello a las autoridades judiciales por no autorizar el traslado de los menores más problemáticos a otros centros. 

Por otor lado, el presidente de Guatemala, Jimmy Morales, se comprometió este viernes, con "el corazón destrozado", a hacer todo lo posible para que la tragedia que se cobró la vida de 35 niñas en un centro de menores estatal no se vuelva a repetir y pidió al Estado reacción para que las muertes no sean una estadística. 

Con un minuto de silencio previo, Morales dio inicio a la primera conferencia de prensa después del incendio registrado el miércoles, envió sus condolencias a las víctimas y a sus familias por una "terrible tragedia" y dijo que "no es justo que estas muertes sean un estadística más", sino que deben hacerlos "reaccionar". 

En la conferencia, en la que hubo tensión con los periodistas porque no se dejó preguntar libremente, sino que se seleccionaron dos comunicadores al azar, Morales no confirmó ni desmintió la destitución del titular de la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia y solo se limitó a pedir tiempo para tomar las decisiones acertadas. Acompañado por miembros del organismo Ejecutivo, Legislativo y Judicial, el mandatario relató una y otra vez cómo las niñas y adolescentes son un colectivo vulnerado desde hace años, un problema que se arrastra desde décadas al que este Gobierno, dijo, ha empezado a hacer frente. 

El presidente garantizó transparencia y colaboración con las pesquisas y admitió que la problemática que sufren los infantes no es solo un tema de administración, sino también "la falta de una institución como la familia". "¿Qué podemos hacer?. Mucho. Desde protestar, hasta proponer y actuar", ejemplificó, y dijo que el Gobierno está aquí "aceptando la responsabilidad" para tratar de luchar contra "una problemática de largo alcance".

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