Schäuble seguirá 'apretando las tuercas' a pesar de la entrada de SPD en el Gobierno

Los partidos de la próxima gran coalición alemana anunciaron hoy la composición del nuevo Ejecutivo, en el que el bloque conservador de la canciller Angela Merkel mantiene Finanzas, y cede Exteriores y Economía a los socialdemócratas.

El veterano cristianodemócrata Wolfgang Schäuble, estrecho colaborador de Merkel y promotor de la austeridad y las reformas estructurales que están teniendo lugar en la eurozona, conserva el Ministerio de Finanzas, cartera en la que lleva desde 2009.

Merkel destacó al hacer pública la lista de ministros que Schäuble "es y seguirá siendo" titular de Finanzas por su importante aportación a "la estabilidad de Europa".

El Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), a cambio, obtiene otras carteras de primer orden, como la de Economía y Energía, diseñada ex profeso para el presidente de la formación, Sigmar Gabriel, y la de Exteriores, que recae en Frank-Walter Steinmeier, que ya ostentó este cargo en el primer Gobierno de Merkel (2005-2009).

En total, la Unión Cristianodemócrata (CDU) obtiene cinco carteras (sin contar la de canciller); su hermana bávara, la Unión Socialcristiana (CSU) ocupa tres, y el SPD acapara seis ministerios.

Thomas de Maizière regresará al Ministerio de Interior tras su paso por Defensa, un puesto que ocupará en adelante Ursula von der Leyen, en Familia la pasada legislatura.

Como ministro de Sanidad ejercerá el saliente secretario general de la CDU, Hermann Grohe; en Educación se mantendrá Johanna Wanka, y accederá a jefe de Cancillería el hasta ahora titular de Medio Ambiente, Peter Almaier.

Por parte de la CSU estarán en el consejo de ministros su secretario general, Alexander Dobrindt, a cargo de Transporte e Infraestructura Digital; Hans-Peter Friedrich, que pasa de Interior a Agricultura, y Gerd Müller, en Cooperación Económica y Desarrollo.

Además, el SPD nombró a su secretaria general, Andrea Nahles, ministra de Trabajo y Asuntos Sociales; a su tesorera, Barbara Hendricks, ministra de Medio Ambiente y Seguridad Nuclear; a Heiko Maas, ministro de Justicia y Protección del Consumidor, y a Manuela Schwesig, ministra de Familia, Mayores, Mujeres y Jóvenes.

Sorprendente fue el anuncio de que Jörg Asmussen, el miembro alemán del comité ejecutivo del Banco Central Europeo, se convertirá en secretario de Estado de Trabajo.

A juicio de los expertos, este reparto simboliza en gran medida las apuestas esenciales del nuevo Gobierno plasmadas, negro sobre blanco, en el acuerdo de coalición que durante más de un mes negociaron las tres formaciones.

Así, se impone el continuismo en la política europea de Berlín y, sobre todo, en sus recetas contra la presente crisis y las futuras; mientras los socialdemócratas asumen la implementación, desde los ministerios que controlan, de algunas de las medidas que insistieron en incluir en el acuerdo, como el salario mínimo interprofesional.

"Este reparto de los ministerios se corresponde con los deseos del SPD", resumió Gabriel.

Está previsto que el martes tenga lugar la investidura de Merkel como canciller en el Bundestag (Cámara baja) y que de seguido los ministros juren sus cargos ante el presidente del país, Joachim Gauck.

Este Gobierno de gran coalición tendrá uno de los mayores respaldos legislativos desde la II Guerra Mundial, con un 80 % de los escaños, y en la oposición sólo se contarán dos partidos minoritarios: La Izquierda -de postcomunistas y disidentes socialdemócratas- y Los Verdes.

El camino hacia la tercera gran coalición entre conservadores y socialdemócratas de la historia reciente de Alemania -y la segunda que encabeza Merkel- se despejó ayer, cuando el SPD anunció el resultado de una consulta vinculante a sus bases.

El 76 % de los que votaron en esta iniciativa inédita optaron por el "sí", en un referendo en el que participaron más del 77 % de los 475.000 militantes del SPD.

El bloque conservador ganó las elecciones del 22 de septiembre con una amplia ventaja y se quedó a apenas cinco escaños de la mayoría absoluta, pero la debacle de sus socios tradicionales -los liberales, que quedaron fuera del Bundestag- obligó a Merkel a buscar un nuevo socio.

Tras sondear al SPD y a Los Verdes, la canciller abrió negociaciones formales con los socialdemócratas, con los que acordó un pacto de gobierno detallado en un documento final de más de 180 páginas.

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