Éxito de la operación 'resucitad a Palin'

Sarah Palin sale viva del debate con Joe Biden (Fotos. EFE)
photo_camera Sarah Palin sale viva del debate con Joe Biden (Fotos. EFE)

La estrategia, de tan obvia que era, casi se nos escapa. En las últimas semanas, las dudas sobre la capacidad de Sarah Palin inflaron el globo. Las cadenas se hartaron de difundir sus patinazos en las entrevistas y los virajes de periodistas conservadores que habían aplaudido su elección para pasar a pedir prácticamente su dimisión.

Pero Palin no sólo salió viva de su debate con Joe Biden, compañero de 'ticket' de Obama, sino que mostró mucha más habilidad, energía  y cercanía que se le presuponía.

A la vista del resultado, todo parece ahora una táctica perfecta de los republicanos para rebajar las expectativas antes de un debate  casi tan crucial para McCain como los que mantiene con Obama.

La táctica quería esconder la evidencia: Palin sabe debatir y establecer una conexión con el estadounidense medio. Pocas propuestas concretas, pero sí demostró la energía necesaria para reavivar la campaña de un McCain en crisis después de su caótica gestión ante la crisis de Wall Street. 

Los demócratas lo advirtieron con la boca pequeña, pero llevan meses demostrando que la estrategia no es lo suyo. Después de la lucha caínita entre Obama y Clinton, a estas alturas parecen incluso incapaces de demostrar que McCain forma parte del mismo partido Bush. 

No es que se impusiera con enorme claridad -de hecho, los primeros sondeos daban la victoria a Biden o en todo caso, un empate- sino que estuvo muy por encima de las expectativas creadas en los últimos días.

Energía en lugar de propuestas
Palin no entró en propuestas concretas, agarrándose a las 'declaraciones de libro oficial', pero no cometió errores de bulto. Tal como estaba el panorama previo, y sumado a su evidente telegenia, fue suficiente para salvar la cara.

La republicana usó los elementos que le han funcionado de maravilla en la campaña: familia, humor y un estilo de hablar tan coloquial que resulta casi pueblerino. Enfrente, un Biden con discurso más sólido, con más recursos a datos concretos, pero que se perdió en algunas explicaciones. 

El debate discurrió en un tono amable y de respeto. Economía y guerra de Irak fueron los dos puntos de fricción principales. Biden, con más de tres décadas en el Senado, se cuidó de atacar la falta de experiencia de Palin y centró sus críticas sobre el discurso de McCain, recordando declaraciones pasadas en las que pedía eliminar regulaciones de Wall Street, uno de los orígenes de la actual crisis bancaria.

La respuesta de Palin fue un ejemplo de su actitud ''le digo al Joe común que bebe cerveza y a las madres que llevan a sus hijos al hockey, que una administración de McCain demandará supervisión por parte del Gobierno federal".

Iraq y economía
El intercambio más tenso se produjo sobre Irak, donde ambos tienen hijos destinados. ''El plan demócrata es agitar una bandera blanca. John McCain en cambio sabe cómo ganar una guerra. La ha sufrido'', dijo Palin.  "Con McCain no hay final a la vista para la guerra", contraatacó Biden.

Ambos lucharon también por hacerse con el 'corazón' de la nación en crisis y falta de referentes tras ocho años de Administración Bush. A priori, esta lucha parecía ganada para Palin, que volvió a recordar ''su conexión con el alma de Estados Unidos", al tener un hijo en Irak y otro "con necesidades especiales", ya que padece Síndrome de Down.

Biden, que perdió a su mujer y a una hija en un accidente de tráfico en el que resultaron gravemente heridos sus dos hijos pequeños, le respondió con la misma moneda. "Yo sé lo que es criar un hijo y no saber si va a llegar a mayor", dijo, tratando de contener las lágrimas.

Los analistas y las primeras encuestas daban como ganador a Biden, pero los analistas coinciden en que la republicana aguantó mucho mejor de lo esperado. Hace tres semanas, este resultado podía ser un desastre para el partido de McCain. Hoy, es un último clavo al que agarrarse.  

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