Rusia rechaza la presencia de 260 observadores de la OSCE en sus elecciones

La Comisión Electoral Central (CEC) de Rusia rechaza la presencia de 260 observadores de la OSCE durante la campaña y las elecciones parlamentarias del próximo 4 de diciembre, informa este jueves el diario Kommersant.

El jefe de la CEC, Vladímir Chúrov, considera inaceptable que la Oficina para las Instituciones Democráticas y los Derechos Humanos (ODIHR) envíe a un número tan alto de observadores para supervisar la marcha de los comicios.

Chúrov denuncia que ese organismo de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) envía misiones reducidas a los países miembros de la Unión Europea (UE) y otras mucho más amplias a los "países de segunda clase" del espacio postsoviético y la antigua Yugoslavia.

"Ningún país quiere ser de segunda clase, menos aún Rusia", comentó.

El funcionario parafraseó al presidente ruso, Dmitri Medvédev, que a principios de mes criticó a la OSCE por aplicar un doble rasero a la hora de valorar los procesos electorales en el espacio postsoviético.

Con ocasión de una cumbre en Tayikistán de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), Medvédev acusó a la OSCE de emitir valoraciones politizadas y de desestabilizar la situación en esos países.

El jefe de la ODIHR, el esloveno Janez Lenarcic, aseguró ayer en Moscú que su organismo tiene previsto enviar a 60 expertos cinco semanas antes de la votación y otros 200 en vísperas de los comicios legislativos rusos.

"No tenemos un actitud hacia Rusia diferente que con otros países. Aplicamos de manera estricta los mismos estándares para todos los países", dijo.

Por ello, el funcionario aseguró que la ODIHR no tiene intención de negociar una reducción del número de funcionarios con la Comisión Electoral Central de Rusia, que ya ha tachado de excesiva la cifra de 260 observadores.

PROBLEMAS PARA REGISTRAR PARTIDOS

Este organismo publicó la víspera un informe en el que critica la imposibilidad de varios partidos minoritarios rusos de registrarse para tomar parte en los comicios y los privilegios financieros y de cobertura mediática de los que dispone el partido del Kremlin.

La OSCE renunció en 2007 y 2008 a enviar observadores a las elecciones legislativas y presidenciales rusas debido a las trabas impuestas por las autoridades rusas tanto sobre su número, como de plazos de estancia.

Esto provocó una dura reacción por parte de Rusia, que acusó a la OSCE de querer restar legitimidad a las elecciones democráticas rusas.

Las autoridades rusas mantienen que la ODIHR necesita una "reforma radical" e insisten en la necesidad de establecer unos criterios únicos para la observación de unos comicios, aprobados de común acuerdo por todos sus miembros y sobre una base legal.

Según las encuestas, más de la mitad de los rusos cree que los comicios parlamentarios y presidenciales serán en alguna medida fraudulentos, y que la victoria del partido y candidato oficialistas está decidida de antemano.

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