Los republicanos avanzan en las elecciones legislativas de EE UU sin lograr la "ola roja"

La jornada electoral se cerró con el control del Congreso aún en el aire

Una persona con una pegatina que indica que ha votado a su salida de un centro de votación en el barrio del West Village de Manhattan. SARAH YÁÑEZ-RICHARDS (Efe)
photo_camera Una persona con una pegatina que indica que ha votado a su salida de un centro de votación en el barrio del West Village de Manhattan. SARAH YÁÑEZ-RICHARDS (Efe)

Estados Unidos cerró la jornada electoral de este miércoles con el control de ambas cámaras del Congreso —tanto Senado como Cámara de Representantes— todavía en el aire, tras unas votaciones de medio mandato en las que el Partido Republicano, que partía como favorito, quedó por debajo de las expectativas.

Tanto las encuestas como la historia estaban del lado de los conservadores, puesto que es habitual en EE UU que el partido de la oposición al presidente consiga grandes logros en los comicios de medio mandato, y aunque la victoria aún puede decantarse del lado republicano, no será por un margen aplastante.

Resultados provisionales

Con el escrutinio ya muy avanzado en la mayoría de estados del país, los republicanos se habían asegurado 201 escaños en la Cámara de Representantes y los demócratas tenían 182, ambos por debajo de la mayoría de 218 necesaria para controlar la Cámara.

En el caso del Senado, el escenario está todavía más abierto, puesto que ambos partidos se encuentran empatados con 48 senadores, con algunos estados clave todavía en juego.

Eleccións tarde

Entre la decepción y el alivio

La decepción entre las filas republicanas por unos resultados significativamente por debajo de los esperados era ya evidente en la madrugada del miércoles, tal y como expresó el senador conservador Lindsey Graham en la cadena NBC, quien asumió que "definitivamente no habrá una ola republicana, eso está clarísimo".

Entre los demócratas, sin embargo, las sensaciones eran de alivio e incluso de optimismo, al haber conseguido mitigar una hipotética "ola roja" (el color asociado con el Partido Republicano en EE UU) y mantener vivas las opciones de seguir controlando tanto la Cámara de Representantes como el Senado.

En un sistema presidencial como el de Estados Unidos, el Ejecutivo y el legislativo pueden estar controlados por partidos distintos, por lo que el actual presidente, el demócrata Joe Biden, necesita que su formación mantenga el control de ambas cámaras si quiere seguir avanzando en sus objetivos políticos durante los dos años que le restan de mandato.

Joe Biden en un acto del Partido Demócrata. EFE
Joe Biden en un acto del Partido Demócrata. EFE

A la espera de los resultados definitivos, una de las buenas noticias para el Partido Demócrata fue que arrebató al republicano dos gobernaciones del país: la de Massachusetts y la de Maryland. Aunque ambos estados son de tendencia progresista, durante los últimos años habían estado gobernados por republicanos, y ahora volverán al control demócrata.

Más allá de estos casos, los republicanos han visto cómo varios de los candidatos que habían sido promovidos con mucho vigor por el expresidente Donald Trump perdían sus respectivas contiendas. El exmandatario, que mantiene una gigantesca influencia en el Partido Republicano, sale dañado de estos comicios, en un momento en que todo indica que está preparando su candidatura presidencial para 2024.

Trump, en un acto esta semana. EP
Trump, en un acto esta semana. EP

La historia, en contra del presidente

Al margen de los sondeos, el partido que controla la presidencia históricamente ha tendido a perder escaños en el Congreso durante las elecciones de medio término, que se celebran dos años después del inicio de un mandato presidencial. Hasta ahora, hay solo tres excepciones en las que el partido del presidente ha ganado escaños en la Cámara de Baja, que se renueva por completo en las elecciones de medio término: con Franklin D. Roosevelt, Bill Clinton y George W. Bush.

 


Otros protagonistas de la jornada: de DeSantis a McCarthy
El republicano Ron DeSantis ha ganado con holgura su reelección como gobernador de Florida, un cargo que parece pequeño para sus ambiciones, ya que es percibido como un posible presidenciable de cara a las elecciones de 2024, lo que él tampoco se ha molestado en desmentir.

Kevin McCarthy, el quiero y no puedo
Pese a haber sido reelegido en su escaño en el Congreso federal por California, el líder de los republicanos en la Cámara Baja fue protagonista de la noche electoral al no acabar de producirse la ola roja, el color de los conservadores, con la que su partido pensaba que iba a recuperar el poder en el Congreso.

Maxwell Frost, generación Z al poder
De 25 años, es el primer integrante de la generación Z en asegurarse un escaño en la Cámara de Representantes. Esa es la edad mínima para ser legislador de la Cámara Baja y el representante demócrata cumplió las expectativas al superar al republicano Calvin Wimbish en el décimo distrito de Florida con un porcentaje cercano al 59% de los votos.

Gretchen Whitmer, gana el aborto
La demócrata ha sido reelegida como gobernadora de Michigan en una dura carrera en la que se ha batido a la republicana Tudor Dixon, respaldada por Trump. Whitmer ha basado su campaña en una defensa acérrima del derecho al aborto frente a una contrincante con posiciones antiabortistas, a diferencia de algunos de sus compañeros de partido, que han optado por centrarse en otros asuntos para convencer a los votantes, en un momento de alta inflación en el país.

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