Un poco de pan y algunas pertenencias. Eso fue todo lo que consiguió salvar Antonio Sena de su aeronave después de que se le incendiara al aterrizar de emergencia en la selva del Amazonas.
Así comenzó una odisea que tuvo como fecha de inicio el 28 de enero y que se prolongó durante 36 días. Antonio Sena tuvo que sobrevivir en un entorno hostil hasta que finalmente fue rescatado.
El periódico O Globo narra la historia de este hombre en una noticia que ya ha dado la vuelta la mundo. Los primeros días fueron críticos para el piloto, pues a pesar de que se encontraba al lado de su nave quemada y de que había varios equipos de rescate buscándolo, nadie consiguió dar con él.
Esta situación le obligó a adentrarse en la selva para evitar el riesgo de ser atacado por animales y para encontrar alimentos. Su dieta pasó a componerse de frutas silvestres y de huevos de aves que conseguía robar.
El paso de las semanas no mermó las ganas de vivir de Sena, que obtuvo recompensa cuando se encontró con un grupo de recolectores de castañas, que dieron la voz de alarma. Esto permitió que fuera rescatado.
