Piden investigar a funcionarios malasios por el tráfico de personas

Reclaman que se desvele si tienen conexiones con las mafias del tráfico humano
Imagen de un campo clandestino donde aparecieron inmigrantes enterrados
photo_camera Imagen de un campo clandestino donde aparecieron inmigrantes enterrados

El exrelator de Naciones Unidas para Birmania (Myanmar) Razali Ismail reclamó este martes a Malasia que inicie una investigación para desvelar las posibles conexiones entre funcionarios locales y las mafias del tráfico humano, informan medios locales.

Este lunes las autoridades malasias informaron del hallazgo de 28 cementerios clandestinos con 139 tumbas, que albergan presuntos restos de inmigrantes víctimas del trata de personas, a unos 500 metros de la frontera con Tailandia. "Algunas de las personas en uniforme han formado parte (del delito). Tenemos que terminar con ello (...) Es el momento de luchar y reconocer el enorme crimen trasnacional en el Sudeste Asiático", señaló Razali Ismail en declaraciones recogidas por el portal del canal Channel News Asia.

Un equipo de forenses comenzó este martes a exhumar los restos humanos encontrados en dichos campamentos de los cuales, según los informes preliminares, varios muestran signos de tortura. El jefe de la Policía Nacional malasia, Khalid Abu Bakar, indicó que todavía se desconoce el número exacto de cadáveres que puedan estar enterrados en esta zona de jungla montañosa que comparte frontera con Tailandia.

Las autoridades creen que la mayoría de cuerpos son de inmigrantes indocumentados bangladeshíes y de la minoría musulmana rohinyá, perseguida en Birmania, que quedan en manos de las redes de tráfico en su intento por alcanzar Malasia, el destino de la mayoría de ellos. Según Khalid, uno de los campamentos encontrados tenía capacidad para unas 300 personas.

El hallazgo fue el resultado de una operación efectuada en el estado de Perlis entre el 11 y el 23 de mayo, días después de que la Policía tailandesa encontrara varias tumbas en otros campos clandestinos a pocos metros al otro lado de la frontera. El hallazgo de las primeras tumbas a principios de mes en el sur de Tailandia desencadenó una campaña contra el tráfico de personas que provocó la desbandada de las redes de tráfico.

En los siguientes días, unos 3.000 inmigrantes desembarcaron en Tailandia, Malasia e Indonesia, a pesar de los intentos de la Marina de estos países por bloquear los barcos. Se cree que los traficantes abandonaron los navíos, donde viajaban hombres, mujeres y niños en situación precaria.

Según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), unas 25.000 personas zarparon en barcos desde Bangladesh y Birmania (Myanmar) durante el primer trimestre de 2015, el doble del número registrado en el mismo periodo del año pasado. El Gobierno tailandés ha convocado este viernes a representantes de 17 países y organizaciones internacionales a una reunión en Bangkok para abordar la crisis de tráfico de personas.

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