Los combates entre partidarios de la mayoría parlamentaria libanesa y la oposición dejaron el fin de semana Beirut para extenderse por el sureste y el norte del país. Según la policía, el balance de víctimas en los enfrentamientos iniciados el pasado miércoles se eleva a al menos 58 personas fallecidas y casi 200 heridos.
Los choques todavía continúan en el valle de Bekaa, situado al este del país, y en Trípoli, la principal ciudad del norte del Líbano, que vivió una relativa calma durante el domingo.
Las autoridades no han precisado los bandos a los que pertenecen las víctimas y heridos de los combates, ni tampoco los lugares donde se han registrado.
De la capital a las montañas
Durante la pasada noche la violencia se concentró en las montañas del Chuf y el ayuntamiento de Aley, al sureste de la capital. En esta región, de mayoría drusa, los grupos chiítas y pro sirios, encabezados por Hizbulá se enfrentaron a los seguidores del líder druso Walid Yumblat.
El diputado del Partido Socialista Progresista de Yumblat, Akarm Chehayeb, informó de que durante los combates habían sido secuestrados cuatro funcionarios municipales de Aley, después de que Hizbulá responsabilizara al líder druso de la muerte de dos combatientes del grupo chií y de la desaparición de un tercero.
Los empleados del ayuntamiento fueron finalmente puestos en libertad esta tarde, y la situación vuelve poco a poco a la normalidad en esta región montañosa, explicó Chehayeb.
Las milicias muestran su poder
Los choques desembocaron en la actual situación comenzaron el pasado miércoles en Beirut entre milicianos de Hizbulá y varios grupos afines contra las milicias de los grupos progubernamentales, especialmente las del partido Corriente de Futuro, lideradas por Saad Hariri y las del líder druso Walid Yumblat.
Los enfrentamientos se extendieron después al valle de Bekaa, fronterizo con Siria y uno de los feudos de Hizbulá, así como a Trípoli y a la zona drusa de Aley.
Hizbulá decidió el sábado ceder sus posiciones en Beirut al Ejército, donde llegaron a controlar la zona oeste de la ciudad, después de que este anulase dos decisiones del Gobierno que suponían el desmantelamiento de la red de telecomunicaciones de la milicia y la destitución del jefe de la seguridad del aeropuerto, Wafic Chuchair, supuesto colaborador del grupo chií.
Negociar con las armas
Tras abandonar las calles de la capital, Hizbulá impuso sus condiciones al Gobierno. Para apoyar la elección del jefe de las Fuerzas Armadas, Michel Sleiman, como futuro presidente, e iniciar así la salida a la profunda crisis política que atraviesa el país, antes debe formarse un gobierno de "unión nacional" y reformar la ley electoral, afirmó el diputado del movimiento chií Amal, alidado de Hizbulá, Ali Hasan Jalil.
Una nueva normativa con la que Hizbulá y Amal buscarían garantizar más escaños para la población chií, que se siente escasamente representada en el parlamento y en las instituciones del Estado.
Desde la mayoría parlamentaria, el ex presidente libanés Amin Gemayel, condicionó cualquier diálogo con el grupo chií Hizbulá a que se comprometa a no volver a recurrir a las armas para solucionar los problemas del país.
Las tenistas españolas vuelven mañana a España
En medio de la crisis, cientos de personas intentan abandonar el país dirigiéndose a Siria y a Chipre. A este país llegaron esta tarde unos 200 extranjeros en varias embarcaciones, según informaron los servicios de inmigración locales.
Las tenistas españolas que se encontraban bloqueadas en Beirut, Marta Merrero, Eva Fernádnez y la pontevedresa Lourdes Domínguez, se encuentran ya en Damasco (Siria) y tomarán un avión hacia España esta madrugada.
También de camino a Siria está el grupo de bailarines españoles de la compañía 'Madrid Fusión-Corazón Flamenco', en un autobús escoltado por dos coches de la Embajada de España.
