El Parlamento portugués debatirá este viernes sobre la abolición de las corridas de toros

En la última década se ha registrado un descenso tanto del número de espectáculos taurinos como del de espectadores

Cartel de PAN, partido que presentó la propuesta para abolir los toros en Portugal. FACEBOOK
photo_camera Cartel de PAN, partido que presentó la propuesta para abolir los toros en Portugal. FACEBOOK

El Parlamento portugués votará y debatirá este viernes un proyecto de ley que apenas tiene posibilidades de prosperar y que defiende la abolición de las corridas de toros en el país, donde los espectáculos taurinos han perdido aficionados en la última década.

El proyecto fue presentado por el Partido de las Personas, los Animales y la Naturaleza (PAN, ambientalista), que entró en el hemiciclo luso en 2015 y cuenta sólo con un diputado de los 230 que componen el Parlamento portugués.

El documento defiende que "el derecho de recreación, aunque sea disfrazado de herencia cultural de un pueblo, no debería poder prevalecer sobre el respeto por la libertad, la vida y la integridad física y psicológica de los animales, ni sobre el ideal de sociedad que rechaza la violencia".

El único diputado del PAN, André Silva, consideró en declaraciones a medios locales que el proyecto puede obtener buenos resultados en el hemiciclo si se otorga libertad de voto a los dos mayores partidos, los socialistas -que gobiernan en minoría- y el Partido Social Demócrata (PSD, centro-derecha).

No obstante, las propuestas para limitar la tauromaquia que han llegado en el pasado a la Asamblea de la República no han cosechado éxitos.

En el Parlamento ya se sometieron a votación normas para acabar con los subsidios estatales, prohibir su retransmisión en la televisión pública o limitar la participación de menores de edad en las corridas, pero ninguna consiguió prosperar.

La fiesta taurina en Portugal tiene la particularidad de que están prohibidos los llamados "touros de morte" -abatir al animal en la arena- desde mediados del siglo XIX, aunque el toro termina siendo sacrificado después del espectáculo.

La afición taurina se concentra especialmente en las zonas rurales del sur y el centro del país, pero en la última década se ha registrado un descenso tanto del número de espectáculos como del de espectadores.

Según datos de la Inspección General de Actividades Culturales, en 2017 se celebraron 181 espectáculos taurinos en suelo luso, por debajo de los 307 que hubo en 2008.

En cuanto al número de espectadores, frente a las casi 700.000 personas que asistieron a algún espectáculo taurino en 2008, sólo 378.000 lo hicieron en 2017 (si bien este año se registró un ligero repunte respecto al ejercicio anterior).

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