El Papa dice que estar a favor del "aborto" y defender el medio ambiente es "incompatible"

Francisco relata en su próximo libro cómo sobrevivió a una infección pulmonar cuando tenía 21 años y asegura que ha vivido a lo largo de su vida tres "situaciones covid"
El papa Francisco. CLAUDIO PERI (EFE)
photo_camera El papa Francisco. CLAUDIO PERI (EFE)

El papa Francisco ha advertido de que es incompatible estar a favor del "aborto", de la "pena de muerte" o de la "eutanasia" y defender al mismo tiempo el medio ambiente porque no son a su juicio "problemas de un orden moral distinto" sino que están en la misma categoría. 

"Si pensás que el aborto, la eutanasia y la pena de muerte son aceptables, a tu corazón le va a resultar difícil preocuparse por la contaminación de los ríos y la destrucción de la selva. Y lo inverso también es cierto", defiende el Pontífice en su nuevo libro Soñemos juntos que publicará en castellano la editorial Plaza y Janés en España el próximo 3 de diciembre. 

Así, el Papa añade que, "aunque la gente siga sosteniendo vehementemente que son problemas de un orden moral distinto, mientras se insista en que el aborto está justificado, pero no la desertificación, o que la eutanasia está mal, pero la contaminación de los ríos es el precio del progreso económico", el mundo seguirá "estancados en la misma falta de integridad". 

El libro recoge las respuestas del Papa a preguntas que le planteó su biógrafo Austen Ivereigh en numerosas conversaciones durante el confinamiento. 

INFECCIÓN PULMONAR. El Papa Francisco ha revelado por primera vez detalles sobre cómo vivió la infección pulmonar que sufrió cuando tenía apenas 21 años y que derivó en una operación quirúrgica urgente para extirparle el lóbulo superior del pulmón derecho en 1957. 

"Cuando a los veintiún años me enfermé con algo grave, tuve mi primera experiencia con el límite, con el dolor y la soledad. Me cambiaron las pautas. Durante meses, no sabía quién era y si me moría o no. Ni los médicos sabían si iba a sobrevivir. Me acuerdo que un día le pregunté a mi madre, abrazándola, si me iba a morir", relata Francisco en el libro.

El Papa agradeció la labor de dos enfermeras que "lucharon" por él

Francisco recuerda que estaba cursando el segundo año del seminario diocesano en Buenos Aires. "Me acuerdo de la fecha: el 13 de agosto de 1957. Un prefecto, que se dio cuenta de que lo mío no era el tipo de gripe que se cura con aspirina, me llevó al hospital. De entrada, me sacaron un litro y medio de agua del pulmón, y ahí me quedé peleando por vivir", indica. 

El Pontífice precisa, además, que tiene experiencia propia de "cómo se sienten los enfermos de coronavirus que luchan por respirar conectados a un ventilador". 

De aquel tiempo, el Papa recuerda sobre todo a dos enfermeras, una de ellas, la hermana Cornelia Caraglio, que le salvó la vida. "Siempre estaré en deuda con ellas. Lucharon por mí hasta el final, hasta que me recuperé", afirma. 

También explica que entendió entonces la importancia de evitar lo que llama la "consolación barata" que experimentó cuando la gente que le visitaba le decía "que iba a estar bien, que con todo ese dolor nunca iba a tener que sufrir de nuevo". 

Francisco recordó su soledad en Alemania cuando Argentina ganó la Copa del Mundo

"Tonterías, palabras vacías", dice, añadiendo que después de aquello tomó la decisión de no hablar durante sus visitas a enfermos y solamente tomar su mano.

TRES "SITUACIONES COVID". Según Francisco, en su propia vida ha experimentado lo que ha denominado "tres situaciones Covid". Además de la enfermedad, se refiere el periodo que vivió en Alemania, que él define como un "exilio". 

"Me sentí como un pez fuera del agua", confiesa el Papa, recordando, por ejemplo, el día que Argentina ganó la Copa del Mundo. "No quería ver el partido y supe que habíamos ganado sólo al día siguiente, leyéndolo en el periódico. Nadie en mi clase de alemán dijo nada al respecto, pero cuando una chica japonesa escribió Viva Argentina en la pizarra, los demás se rieron. La profesora entró, dijo que lo borrara y cerró el tema", escribe. 

Por último, su tercera "situación Covid-19" se extiende al periodo en que fue enviado a la ciudad argentina de Córdoba de 1990 a 1992 como provincial de los jesuitas, que recuerda como "una especie de cuarentena, de aislamiento". El Papa reseña que ese tiempo le hizo "bien" a pesar de todo porque le llevó a "madurar ideas".

"Me dio más tolerancia, comprensión, perdón. También me dejó una nueva empatía con los débiles e indefensos. Y paciencia, mucha paciencia", asegura. 
 

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