Tal como estaba previsto, Barack Obama consiguió imponerse en los 'caucus' de Wyoming y recupera de nuevo la iniciativa en la carrera demócrata a la Casa Blanca. El senador de Illinois logra una clara victoria de cas 20 puntos sobre Hillary Clinton.
El efecto es más simbólico que práctico, pues este estado de poco más de medio millón de habitantes otorga sólo 12 delegados -7 para Obama, 5 para Clinton- de cara a su posible nominación, insuficientes para romper el empate técnico entre los dos candidatos. De esta manera, el senador afroamericano cuenta ahora con 1.527 delegados y Clinton con 1.428.
Sin embargo, el triunfo le sirve a Obama para apartar los efectos nocivos de la polémica generada en los últimos días, después de que una de las asesoras de su equipo -que ya dimitió de su puesto- llamara 'monstruo' a Hillary Clinton.
Además, el éxito en Wyoming coincide con un endurecimiento de sus mensajes, que hasta el momento habían jugado a una mayor conciliación que Clinton. En los últimos días el equipo de Obama pidió a Hillary que hiciera pública su agenda durante el período que ejerció como primera dama para demostrar su experiencia, un arma que la senadora por Nueva York no duda en utilizar desde hace meses.
Obama también pidió una mayor transparencia sobre la financiación de la campaña de Clinton y que haga pública su declaración de la renta. Hillary es la única candidata en liza que hasta el momento se negó a hacerlo.
