Nairobi recuerda a las víctimas de Garissa y exige más seguridad

Cientos de personas se congregan para recordar a las 148 personas asesinadas por Al Shabab
Homenaje en Nairobi.
photo_camera Homenaje en Nairobi.

A poco de que concluyan los tres días de luto por la masacre de la Universidad de Garissa, cientos de personas se congregaron este martes en el parque Uhuru de Nairobi para recordar a las 148 personas asesinadas por Al Shabab y pedir al Gobierno keniano que mejore la seguridad en el país. "He venido para honrar a mis compañeros muertos, que como yo eran estudiantes y tenían el sueño de hacer algo grande por su país. Sus familias lo están pasando muy mal y espero que, cuando vean que estamos aquí para recordar a sus hijos, sepan que no están solos", explicó a Efe Peter Koech, un estudiante de 20 años.

Las 148 víctimas -una más que en el lema "147 no es solo un número" que se ha popularizado en las redes sociales- murieron el pasado jueves dejando toda una vida por delante. Seguramente jamás pensaron que terminaría de una forma tan cruel, por lo que Peter y el resto de asistentes quisieron recordar sus nombres.

Unos jóvenes descargaron una montaña de cruces blancas de la parte de atrás de una camioneta y, allí mismo, improvisaron un memorial efímero en el que velas, banderas kenianas y un tablón con fotografías de los fallecidos daban un aire de solemnidad y pésame. "Necesitamos recordar a las víctimas. Los nombres de los asesinos siempre salen a la luz, pero luego nadie se molesta en mencionar los nombres de las víctimas", denunció el conocido activista y fotoperiodista Boniface Mwangi, organizador de la vigilia para recordar a los estudiantes.

Acto seguido, Mwangi tomó el teléfono y comenzó a decir, uno a uno, los nombres de todos los estudiantes y miembros de las fuerzas de seguridad que murieron ese día: "Obedy Okiring, Mary Muchiri, Jeff Macharia, Beatrice Njeri..." hasta recitar los 148 nombres, cada uno repetido al unísono por los presentes.

A pesar de que no se ha congregado a tanta gente como hubiera cabido esperar, los presentes confiaron en que este acto tenga algún tipo de repercusión y muestre al país y al mundo que Kenia no se dejará doblegar. "Es importante permanecer unidos y que la gente entienda que el terrorismo es un problema de todos los kenianos. Nos afecta a todos por igual y, si queremos solucionarlo, no podemos dejar que nos dividan", comentó a Efe Meshack Okello, otro estudiante que se ha acercado al parque para presentar sus respetos a los fallecidos.

El Gobierno, que en los últimos días ha defendido su actuación durante la operación de asalto del campus, ha recibido numerosas críticas por su pasividad y, sobre todo, por lo que muchos definen como "incapacidad para aprender de errores pasados". "¿Qué están haciendo?", se preguntaba Meshack al ser cuestionado por la política antiterrorista del presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, que recientemente aseguraba en una intervención ante el Parlamento que la seguridad "había mejorado" en el país. "El Gobierno tiene que esforzarse más para incluir a las comunidades que se sienten marginadas, en especial a los jóvenes. El terrorismo es una cuestión que nos afecta a todos", dijo a Efe Joan Ngagi, una investigadora que se acercó a la vigilia con unas compañeras de trabajo.

Por su parte, Peter pidió al presidente que deje de lado las rencillas que tenga con la comunidad internacional y acepte "la cooperación y la ayuda que nos ofrecen países con más experiencia y mejores redes de información que las nuestras". El Ejecutivo de Kenyatta ha estado bajo una gran presión desde que se supo que los servicios de inteligencia kenianos recibieron informaciones sobre un posible atentado en una institución de educación superior, pero no se tomaron las precauciones necesarias para evitar un ataque. "Esperemos que al final venzamos a Al Shabab", concluyó Peter antes de depositar las flores que llevaba en la mano junto a una de las cruces blancas.

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