"Durante las etapas de hospitalización se hizo todo lo posible por salvar la vida de la joven, incluida la terapia intensiva". Así reza el comunicado del hospital italiano Humberto I de Roma en el que informa de la muerte de una joven de 28 años tras dar a luz debido a las complicaciones derivadas del coronavirus. La fallecida, que no estaba vacunada, desarrolló una neumonía bilateral de la que no logró recuperarse. Su historia es una de las más duras de la pandemia y pone de manifiesto los riesgos para los más vulnerables ante el virus, entre los que se incluyen las embarazadas".
"Cuando se produjo un repentino y drástico empeoramiento del estado de la mujer, se decidió someterla a una cesárea de urgencia y el posterior traslado a la UCI Covid para ser ventilada mecánicamente. El bebé nacido el 13 de enero de 1.800 kilos fue ingresado en la UCI", señala el Corriere della Sera. La mujer moría siete días después.
La comunidad médica ha querido recordar, tras este dramático caso, que las embarazadas deben vacunarse porque las vacunas son seguras para ellas y porque tienen hasta un 500% más de posibilidades de necesitar un ingreso en UCI. Además, las infecciones, los partos prematuros y las preeclamsias se disparan a causa del vírus.
