Micheletti se aferra al poder mientras Zelaya suma apoyos en el exterior

El nuevo Gobierno hondureño insistió en que, con ''la fe en Dios'', logrará el reconocimiento internacional para ''subsistir'', a pesar de que el depuesto presidente, Manuel Zelaya, sigue sumando apoyos en el exterior.

''Nosotros vamos a estar aquí en esta Presidencia, si Dios me lo permite, seis meses'', dijo en el nuevo gobernante de Honduras, Roberto Micheletti, quien aseguró que ''el Congreso tomó una determinación y ahí se queda''.

En su opinión, ''la solución de consenso'' a la crisis desatada en el país tras la decisión de Zelaya de llevar a cabo una consulta popular con miras a una reforma constitucional se produjo con su llegada a la jefatura de Estado por decisión unánime del Parlamento el domingo pasado.

La comunidad internacional en contra
Por ello, Micheletti no está dispuesto a dejarle el camino libre a Zelaya, expulsado del país por los militares el domingo pasado, pese al ultimátum de 72 horas de la Organización de Estados Americanos (OEA) para que reponga en el poder al gobernante depuesto.

El nuevo mandatario espera poder revertir la opinión de la comunidad internacional. ''El tiempo corre a favor nuestro'', aseguró el ex titular del Congreso, quien confió en que el mundo comprenderá que no cometieron ''ningún delito'' y en que poco a poco recibirán ''el apoyo de otros países para poder subsistir''.

El optimismo de Micheletti contrasta con la posición de otros actores políticos nacionales que admitieron que están solos frente al mundo.

Resistencia durante siete meses
Los hondureños ''estamos solos, igual que en la guerra de 1969'' contra El Salvador por conflictos fronterizos, admitió el Comisionado de los Derechos Humanos, Ramón Custodio, quien recordó que en esa ocasión salieron adelante y lo mismo pasará ahora.

La situación será difícil, pero es una oportunidad para ''salir adelante por nuestro propio esfuerzo'', dijo, por su parte, la nueva ministra de Finanzas, Gabriela Núñez, quien reconoció que deberán ajustarse a las nuevas circunstancias.

''Vamos a resistir siete meses si es posible'', manifestó el alcalde de Choluteca (sur), Quintín Soriano, del gobernante Partido Liberal, quien aludió al periodo que debe gobernar Micheletti hasta que asuma el nuevo jefe de Estado que será elegido en las urnas en noviembre próximo.

Inicio de la crisis
Sin embargo, para el presidente de la Cámara de Comercio e Industrias de Choluteca, Mario Argeñal, ''esto es el inicio de la verdadera crisis''.

Mientras en Honduras los seguidores de Micheletti llamaban a la unidad frente a la crisis y el Parlamento reforzaba el toque de queda, al restringir aún más durante la noche las garantías constitucionales de libertad personal, asociación, circulación y tiempo de detención, en el exterior Zelaya recibía nuevos apoyos.

Todas las embajadas europeas en Tegucigalpa decidieron retirar a a sus máximos representantes, según informó el ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos.

Europa da la espalda a Tegucigalpa
''Toda la representación europea en Tegucigalpa estará a un nivel inferior'', manifestó Moratinos, quien destacó que esta es una señal ''muy clara'' de la comunidad internacional que llevará a las autoridades hondureñas provisionales a ''reflexionar'' y buscar, junto con el titular de la OEA, José Miguel Insulza, una salida a la situación.

El retiro de embajadores europeos llega después de la decisión en el mismo sentido de los países de la Alianza Bolivariana para la Américas (ALBA), de la que Honduras es miembro desde 2008, y del Sistema de Integración Centroamericana (SICA).

Otros países como México y Chile también llamaron a consultas de sus representantes diplomáticos en Tegucigalpa, mientras que Guatemala, El Salvador y Nicaragua decidieron cerrar las fronteras al comercio con Honduras.

A estas decisiones se sumó el ultimátum de la Organización de Estados Americanos (OEA) para que Zelaya sea restituido en 72 horas, al cabo de las cuales el depuesto mandatario regresará al país para culminar su mandato, que vence el 27 de enero de 2010, a pesar de la advertencia del nuevo Gobierno de que será encarcelado.

Zelaya afirmó desde Panamá, donde asistió a la investidura de empresario Ricardo Martinelli como jefe de Estado, que esperará a que venza ese plazo para regresar a Honduras, con el fin de no entorpecer los esfuerzos diplomáticos para resolver la crisis.

Apoyo de los presidentes sudamericanos
El presidente de Guatemala, Álvaro Colom, dijo también en Panamá que el gobernante depuesto debe ser restituido y que, ''si fuera necesario'', le acompañaría en su regreso a Tegucigalpa, la misma disposición que ya manifestó su colega de Argentina, Cristina Fernández.

Precisamente este país del Cono Sur concedió asilo en su embajada de Tegucigalpa a Armando Sarmiento, un ex funcionario del Gobierno depuesto, cercano a Zelaya y primo hermano de este, según dijeron fuentes oficiales.

Los presidentes de varios órganos legislativos de Ecuador, Venezuela, Argentina, Chile, México, Bolivia y Cuba, reunidos en Quito para analizar la situación en Honduras, condenaron ''el golpe de Estado'' y exigieron la restitución de Zelaya.

Estrategia multilateral
El Gobierno de Estados Unidos expresó su confianza en una estrategia multilateral para resolver la crisis en Honduras a través de la Organización de Estados Americanos (OEA), de cuyo resultado dependerá el futuro de la ayuda de Washington a ese país.

En tanto, el presidente venezolano, Hugo Chávez, a quien Micheletti culpa por la crisis en su país, se congratuló de que la OEA y los Gobiernos de América han dado ''respuestas políticas de alto calibre'' al golpe militar ''fascista'' contra Zelaya.

Comentarios