McCain pierde el debate de 'Joe el fontanero'

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El tercer y último debate se presentaba como un 'match-ball' para John McCain, retrasado en las encuestas y con una oportunidad real para darle la vuelta a la tendencia lenta e inexorable que parece favorecer a Obama. Después de los sondeos posteriores al debate, parece que no la aprovechó, aunque suya fue la frase de la noche: ''Yo no soy Bush''.

Este cara a cara fue el más intenso de los tres, con mayor contenido y altura política, en la que McCain se mostró más cercano que en los anteriores y Obama supo presentar el aire 'presidencial' estrenado en las últimas semanas.

Ayudó el formato. Por primera vez, ambos se sentaron en torno a una mesa, en lugar de deambular sobre un escenario o hablar tras un podio, lo que facilitó el intercambio de opiniones, en ocasiones de modo acalorado.

Joe el fontanero
De todos modos, para la historia quedará un inesperado protagonista, Joe Wurzelbacher o 'Joe el fontanero'. Este votante, al que conoció Obama en Ohio, se convirtió en el ejemplo usado por ambos candidatos, una y otra vez a lo largo de todo el debate, para explicar su programa de recuperación económica y de recorte de impuestos. Consultado por los medios horas después del debate, el pobre Joe no salía de su asombro y hablaba de una ''situación surrealista''.

"Joe,-dijo McCain dirigiéndose al fontanero- cuando sea presidente yo haré que puedas comprar esa empresa que quieres, mantendré tus impuestos bajos y tus empleados podrán tener un buen seguro médico", prometió, mirando a la cámara.

El candidato demócrata, por su parte, insistió en que sus planes son los de recortar los impuestos a la clase media aunque ello deje fuera a los negocios.

"A nadie le gustan los impuestos -dijo Obama-, pero tenemos que pagar las inversiones básicas", a lo que McCain le contestó que "si a nadie le gustan los impuestos, no se los subamos a nadie, vale?".

Campaña negativa
La 'guerra sucia' vivida en campaña también entró en el debate. "El ciento por ciento de sus anuncios de propaganda han sido negativos, John", insistió Obama. "Eso no es verdad", le respondió un McCain que, por detrás en las encuestas, se mantuvo a la ofensiva durante todo el evento. "Sí. Es verdad", añadió Obama en uno de los intercambios más duros del debate.

"Lamento los aspectos negativos de esta campaña. Algunos de ellos han sido inaceptables", señaló el senador republicano por Arizona, que también exigió a Obama disculpas por declaraciones de algunos demócratas.

En general, en un debate en el que la economía mandó, ambos candidatos se esforzaron en mostrar una imagen "presidenciable" e incluso tuvieron buenas palabras para el compañero de fórmula del rival. Sarah Palin, la candidata a la vicepresidencia republicana, es, según Obama, una "política capaz".

''Yo no soy Bush''
La frase de la noche fue para McCain, que ante la repetida fórmula de ''un gobierno McCain sería un gobierno Bush III'' replicó: "senador Obama, yo no soy el presidente Bush. Si usted quería competir contra Bush, debía haberse presentado a las elecciones hace cuatro años".

En un momento dado, McCain acusó a su rival de no favorecer el libre comercio, al oponerse, como el resto de los legisladores demócratas, a la firma del tratado pendiente con Colombia.

Obama replicó que se opone debido a la falta de protección a los trabajadores y a los defensores de los derechos humanos, y recordó que sí ha votado a favor del TLC con Perú.

"Necesitamos un presidente que entienda el libre comercio, pero también que se pronuncie ante lo que es injusto", aseguró.

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