Elecciones en Zimbabue: autohomenaje de Mugabe

Las elecciones en Zimbabue, un autohomenaje de Zimbabue (Foto: EFE)
photo_camera Las elecciones en Zimbabue, un autohomenaje de Zimbabue (Foto: EFE)

Ni la ONU, ni los Estados Unidos, ni la UE, ni la Commonwealth, ni los países africanos... Ninguna protesta ni la indignación mundial consiguieron impedir el simulacro electoral a mayor gloria de Robert Mugabe.

La jornada electoral se caracterizó por una baja participación, alentada por las llamadas de la Oposición. "Si es posible, os pedimos que no votéis", se podía leer en un documento firmado por Tsvangirai. "Pero si debéis votar por Mugabe porque vuestra vida está en riesgo, hacedlo", aclaró.

El gobierno de Zimbabue trató de minimizar la escasa asistencia de electores e informó a través de la radio nacional acerca de una "respuesta masiva" en las provincias de Mashonalandia y Manicalandia, feudos tradicionales de la gubernamental Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico (ZANU-PF).

Votación bajo presión
Durante todo el día, grupos de militantes de la ZANU-PF dirigidos por veteranos de la guerra de independencia de Zimbabue y otras unidades paramilitares leales al Gobierno recorrieron las calles de Harare acosando a los transeúntes para que concurrieran a votar.

No se recibió información acerca de agresiones, pero algunos votantes, que no quisieron dar sus nombres, admitieron que la presión era muy fuerte y tuvieron que votar por Mugabe por que los funcionarios de la ZANU-PF en los colegios exigían ver las papeletas antes de que fueran introducidas en las urnas.

En la primera vuelta, celebrada el 29 de marzo, el MDC se hizo con el poder en el Parlamento, pero según los datos ofrecidos por el régimen, ninguno de los candidatos a la Presidencia consiguió la mayoría absoluta necesaria.

Condena internacional
Después de semanas de acoso a los seguidores del líder opositor, Morgan Tsvangirai, decidió retirarse hace unos días. Mientras, las condenas a su ''elección anunciada'' se acumulan.

Sin duda, la más dura fue de la de Nelson Madela, antiguo compañero antiapartheid, que censuró el "trágico fracaso de liderazgo" y se suma a la cascada de condenas. Mugabe se queda sin su coartada habitual: las críticas ya no vienen sólo del imperialismo o de las antiguas metrópolis coloniales.

En todo caso, la censura de Mandela, reconvertido en 'líder moral' de África, deja en evidencia la 'diplomacia discreta' de su sucesor Thabo Mbeki, un talante negociador que no consiguió cambiar el rumbo de los acontecimientos en Zimbabue. De hecho, Mbeki fue seguramente el líder africano que más concesiones ofreció a Mugabe.

''Perversión democrática''

Mientras, Luisa Arbour, alta comisionado de la ONU para Derechos Humanos, censuró la ''perversión de la Democracia'' del veterano libertador de Zimbabue, de 84 años y en el poder desde 1980, y lidera el llamamiento para que se suspendan las elecciones.

Arbour, pidió el jueves que se haga justicia a las víctimas de la violencia electoral en Zimbabue y que los responsables sean juzgados según la ley, informó el Centro de Noticias de la ONU.

Como todo gesto de buena voluntad, Mugabe decidió responder con la liberación del número dos de Tsvangirai, Tendai Biti, aunque bajo fianza efectiva de un billón de dólares zimbabuenses. La altísima inflación del país dificulta saber la cantidad que supone esta suma, aunque está cerca de los 100 euros.

Aun así, según el tribunal el secretario general del MDC deberá permanecer en su casa, entregar su pasaporte y las escrituras de su casa, y presentarse una vez a la semana en la comisaría.

Apoyo de Suráfrica
Los vecinos de Zimbabue también comienzan a marcar distancias con Mugabe, héroe de la independencia del país.  Zambia, Botswana y Tanzania se muestran favorables desde hace meses a un gobierno de transición liderado por Tsvangirai. Anticipándose a los hechos, una reunión de 14 de la región ya negó toda validez al escrutinio que puedan ofrecer las elecciones de este viernes.

Sin embargo, todo esto choca la posición de Thabo Mbeki, líder de la gran potencia de la región que a pesar del 'tirón de orejas' de Mandela, nunca renegó de su apoyo a Mugabe, el hombre que los acogió durante el exilio y los años de lucha.

Mbeki, en un papel mediador muy desiquilibrado entre el régimen y la oposición, sigue negando la dura realidad social, económica y política de Zimbabue. Hace escasos días, llegó a negar que el país estuviera ''en crisis'' a pesar de una inflación de ¡seis dígitos!

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