La represión se recrudece en Turquía con una operación contra un diario opositor

La detención de once periodistas se suma al cierre de más de un centenar de medios desde el golpe de Estado del mes de julio
Diario Cumhuriyet de Turquía
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La detención de once periodistas en una redada de madrugada contra el diario Cumhuriyet, el más antiguo y quizás el más prestigioso de Turquía, ha puesto de relieve la represión de la libertad de prensa en el país, ya sacudida por el cierre de un centenar de medios en el último año. Fueron arrestados el director, Murat Sabuncu, un antiguo director de publicaciones del medio, cinco miembros o exmiembros del consejo editor, los tres columnistas -Güray Öz, Aydin Engin y Kadri Gürsel- y el caricaturista Musa Kart.

La policía tiene además orden de detener a otros dos directivos, que se hallan en el extranjero, y registró la casa del presidente de la empresa editora del diario, Orhan Erinç, pero sin detenerlo.

Los detenidos pasarán cinco días en comisaría, sin acceso a un abogado, antes de ser presentados ante el juez, algo permitido por el estado de emergencia, proclamado tras el fallido golpe de Estado en julio pasado y prorrogado este mes por otros 90 días. "La operación contra Cumhuriyet muestra que nadie se puede sentir seguro en Turquía", dijo Erdem Gül, director de la redacción de Ankara del veterano diario, fundado en 1924 y que tiene una tirada de 51.000 ejemplares.

"Miles de personas están expresando su solidaridad con nosotros. Esperan que aguantemos. Somos periodistas y debemos hacer un periódico, pero temo que hasta esto pueda estar en riesgo. Puede ser que el próximo paso sea nombrar a gestores para el diario para así silenciarlo. Pero insistiremos hasta el final en hacer un periódico", dijo el periodista.

Erdem Gül y el entonces director del diario, Can Dündar, pasaron a principios de año tres meses en prisión preventiva y fueron condenados a cinco años de cárcel por "revelación de secretos de Estado", por un reportaje que documentaba un envío de armas de Turquía a Siria, pero la sentencia fue anulada por el Supremo.

Los periodistas detenidos este lunes están acusados por la Fiscalía de "ser miembros" o "patrocinadores" tanto del proscrito Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK), la guerrilla kurda marxista, como de la cofradía fundada por el predicador exiliado Fethullah Gülen. Ambos movimientos, que defienden planteamientos opuestos, están muy alejados de la línea editorial de Cumhuriyet, de centroizquierda laica y kemalista.

Dündar denunció en Twitter que "asaltan la última fortaleza", en referencia al esfuerzo de la redacción de ejercer un periodismo de calidad, crítico con el poder. Recordó que el diario, lejos de colaborar con la cofradía gülenista, había sufrido presiones en 2005 por criticar al entonces poderoso predicador, respaldado hasta 2013 por el Gobierno islamista de Turquía pero declarado ahora el "cerebro" del fallido golpe.

La noticia de las detenciones suscitó una condena unánime de las asociaciones de prensa, y la Sociedad Turca de Periodistas (TGC) subrayó en un comunicado que "es perjudicial para la conciencia pública" acusar de lazos con la cofradía gülenista a medios que no tienen ninguna relación con ella. Recordó que desde el fallido golpe de julio, 170 medios fueron clausurados, se han cancelado las tarjetas de prensa de 777 periodistas, 105 informadores se hallan entre rejas en este momento y más de 2.500 han perdido su trabajo.

Si en los primeros meses el cierre de diarios y cadenas de televisión afectaba sobre todo al imperio mediático de los seguidores de Gülen, el sábado pasado también se decretó la clausura de una decena de diarios del ámbito de la izquierda kurda. La Plataforma G-9, una red de asociaciones de periodistas en Ankara, denunció este lunes que las operaciones supuestamente dirigidas contra los conspiradores golpistas se han convertido en una "caza de brujas" en la que toda voz crítica se ve definida como "bruja". "Pronto no quedarán brujas a las que cazar", advierte.

La fundación sueca Right Livelihood Award, que otorgó en septiembre a Cumhuriyet su premio anual, conocido como "Nobel alternativo", ha exigido "la inmediata liberación" de los detenidos y ha denunciado "la erosión cotidiana de las libertades democráticas en Turquía".

También la OSCE ha protestado por lo que considera "otro golpe contra la libertad de prensa en Turquía" y Amnistía Internacional (AI) habla de un "intento sistemático de silenciar todas las voces críticas" y un "flagrante abuso de los poderes otorgados por el estado de emergencia". "Es la última oleada en una purga después del golpe que ha convertido el panorama mediático floreciente de Turquía en un erial", señala un comunicado de AI.

El dibujante Musa Kart lo resumió así en declaraciones al diario Hürriyet: "Llevo años convirtiendo mis vivencias en caricaturas. Pero ahora creo que estoy viviendo yo mismo dentro de una caricatura".

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