La cumbre de dos días que celebra la Otan en Lisboa ha arrancado este viernes con el discurso de su secretario general Anders Fogh Rasmussen. La Alianza busca en esta cumbre una redefinición de su papel en el mundo. Otro de los objetivos es buscar una solución al conflicto de Afganistán, además de negociar la instalación de un escudo antimisiles en Europa.
En su discurso de apertura Rassmusen dijo que la Alianza se dotará de nuevos medios y de nuevas "capacidades comunes" para hacer frente a las amenazas globales. Además ha proclamado que esta reunión será "una de las más importantes en la historia" de la organización por la transformación que aprobarán los jefes de Estado y de Gobierno de los 28 países aliados. "Aquí vamos a definir la dirección que va a seguir la Alianza en los próximos diez años", afirmó el secretario general.
Para responder a las nuevas amenazas, la cumbre sancionará un nuevo concepto estratégico, por el cual la Otan podrá actuar en cualquier lugar del mundo siempre que considere que la seguridad de alguno de sus miembros está amenazada. Hasta ahora, la Otan delimitaba su territorio tradicional de actuación a las fronteras de sus países integrantes, aunque este principio quedó de hecho superado por la intervención en Afganistán, país en el que la Alianza dirige la fuerza ISAF bajo mandato de la ONU desde 2003.
Esta cumbre aprobará también la creación de un sistema de defensa contra ataques con misiles balísticos, al que se quiere asociar a Rusia. "Vamos a desarrollar capacidades comunes frente a amenazas comunes", destacó Rasmussen en su breve intervención.
Los líderes aliados también fijarán un esquema de calendario de la salida de las tropas de combate de Afganistán, de forma que el traspaso de la responsabilidad de la seguridad a las autoridades de ese país culmine en 2014.
Esta cumbre acordará además una reforma interna de la organización "para hacerla más eficiente y efectiva", de modo que los ciudadanos de los países miembros obtengan el máximo resultado de las inversiones en defensa, recalcó el secretario general.
El primer ministro portugués, José Sócrates, señaló como anfitrión que esta cumbre, la número 22 en la historia de la organización, será "un punto de inflexión en la evolución de la Alianza". Igual que Rasmussen, Sócrates destacó que con esta cumbre la OTAN "reforzará nuestras capacidades para intervenir en crisis que pongan en peligro nuestra seguridad".
A la capital portuguesa, tomada por la policía con medidas de seguridad nunca vistas, fueron llegando horas antes los aviones oficiales con los cerca de cuarenta jefes de Estado y de Gobierno que asisten a la reunión, incluido el presidente de los EE.UU., Barack Obama.
