La oposición búlgara de derechas ha arrasado en las elecciones legislativas del domingo, según los primeros resultados oficiales. Con el 32% de los votos escrutados, el partido GERB obtiene un 43,8%, por el 18,4% los socialistas en el Gobierno.
Los búlgaros acudieron a las urnas molestos por una endémica corrupción y por la recesión económica. Las encuestas ya preveían un castigo al Gobierno de Serguéi Stanishev por sus infructuosas reformas económicas y en la lucha contra el crimen. No obstante, los resultados son mucho peores de lo esperado para el partido que lideró el ingreso del país en la Unión Europea en el 2007.
El GERB está liderado por el alcalde de Sofía Boiko Borisov. El ex guardia de seguridad centró su campaña en denunciar los graves casos de corrupción, en especial los relacionados con la malversación de ayudas de la UE.
De hecho, el pasado año, la Comisión Europea decidió cancelar por este motivo la entrega de 500 millones de euros en fondos de desarrollo a este país, el más pobre del grupo.
El sistema electoral prevé la elección de 31 diputados por votación directa al candidato y otros 209 mediante listas de partidos (para un total de 240 parlamentarios). La participación ha rozado el 60%, un dato muy elevado en comparación con elecciones anteriores.
