Tampoco esta vez hubo acuerdo en Kenia. Aunque el ex secretario general de la ONU y mediador en las negociaciones, Kofi Annan, estaba seguro de que el consenso llegaría, el gobierno de Kenia y el opositor Movimiento Democrático Naranja (ODM) no han conseguido limar sus diferencias.
Ante esta situación, Annan reaccionó tajante. "Regresen el próximo lunes con un acuerdo firmado por sus líderes", el presidente keniano Mwai Kibaki y el jefe de filas del ODM, Raila Odinga, pidió a los equipos negociadores del ejecutivo y la oposición antes de que éstos abandonaron el hotel céntrico de Nairobi donde tratan de lograr un consenso que ponga fin a la crisis.
El principal escollo que separa a la oposición y el Gobierno deriva directamente del anuncio de los resultados de las elecciones del 27 de diciembre. En ellas se proclamó la victoria de Kibaki, en detrimento de Odinga, quien no ha reconocido el triunfo de su rival y denuncia las irregularidades cometidas durante el escrutinio y recuento de votos.
Negociación, día 16
La decimosexta sesión de la ronda de negociaciones, que comenzó con un retraso de varias horas, colocó a las partes frente al "corazón" del problema: la forma en que el Gobierno y el ODM iban a compartir el poder y la posibilidad de que se creara la figura de un jefe de Gobierno.
El jueves, Kofi Annan dijo sentirse "optimista en cuanto al desenlace de la crisis", y adelantó la posibilidad de que se firmase un pacto. Sin embargo, los dos equipos regresaron este viernes a sus casas sin haber cumplido los deberes prometidos el día anterior.
El primer punto apremiaba a la clase política a acabar con la ola de violencia que ha provocado la muerte de un millar de personas y el segundo trata sobre el desarrollo de un plan de emergencia para aliviar a los desplazados a raíz de la crisis.
Actualmente, los equipos negociadores permanecen estancados en el tercer punto: la resolución del conflicto mediante un reparto de poderes.
Acuerdo estancado
La oposición exige un reparto equitativo, con la creación del cargo de Primer Ministro con poderes ejecutivos. El Gobierno se opone. Desea que el presidente Kibaki sea jefe del Estado y de gobierno, y concluya su mandato de cinco años.
La oposición pide también una reforma constitucional inmediata, mientras que el ejecutivo plantea trabajar con la actual al mismo tiempo que se elabora una nueva.
Con este panorama, el OMD ha amenazado con convocar nuevas manifestaciones pacíficas a partir del miércoles que viene si el Parlamento no vota antes un cambio de constitución. La crisis ha dejado ya más de 1.000 muertos y unas 400.000 personas desplazadas.
