Gallegos en Italia: "Los supermercados están vacíos"

Sandra, Inma, Adrián, Carlota y Aleixo son testigos de primera mano de cómo el brote de coronavirus ha trastornado la vida cotidiana

A MÁS DE 2.000 kilómetros de su lugar de nacimiento, son varios los gallegos que se encuentran estos días en el norte de Italia viviendo una situación "inesperada" con la llegada del coronavirus. Viven en las regiones de Lombardía, Piamonte y Véneto —afectadas por el virus— y explican que en cuestión de días la situación ha cambiado drásticamente. Algunos incluso relatan que en el momento actual resulta incluso difícil encontrar mascarillas y geles en las farmacias para poder evitar el contagio.

Aunque en las calles por el momento se vive "aparente normalidad", en algunos supermercados de los distintos núcleos en los que viven ya se ven estanterías vacias y gente con prisas por hacer compras grandes por si se quedan aislados por el virus. Cuentan también como se ha suspendido el transporte público, los partidos de fútbol y las clases durante toda la semana.

En este momento, en el que ya son once municipios en Italia los que se encuentran en cuarentena con casi 150 contagios, son también muchos los que se plantean abandonar sus vidas allí y regresar a España.

Sandra Suárez, lucense que estudia en Bologna: "Nuestros padres nos están pidiendo que regresemos a casa"
Sandra Suárez
Sandra Suárez es una joven lucense que lleva cinco meses con un programa Erasmus en Bolonia —capital de Emilia Romagna, donde varias poblaciones han sido aisladas por el virus —. Explica que «aunque no ve excesiva preocupación en la calle» esta semana la Universidad ha cancelado las clases y cualquier actividad académica. La lucense explica que agradece la cancelación de estas pues tiene "cierta preocupación".

También dice que aunque no ve a mucha gente por la calle con protección para evitar el contagio, "en las farmacias ya no quedan mascarillas ni geles". Este fin de semana estuvo en Padua (Véneto) en la provincia donde se produjeron varias muertes por el virus, y vio "aparente normalidad en las calles". Ante la situación que están viviendo los españoles que se encuentran de Erasmus allí, explica que sus "padres les están pidiendo que regresen a casa" pero por el momento no lo contemplan como una opción.

 

Inma Moretti, lucense que trabaja cerca de Milán: "Las mascarillas y geles ya hace tiempo que se acabaron en las farmacias"
Inma Moretti.
Inma Moretti nació en Suiza pero con once meses se fue a Paradela (Lugo) donde vivió hasta los 17 años. Regresó al norte de Italia, en Varese, a una población a 20 kilómetros de Milán —una de las zonas que se ha visto afectada por el virus—donde vive ahora con su familia. "Tengo dos hijos y no van a ir esta semana a la escuela porque han suspendido todas las actividades por el coronavirus".

Explica también que "ya hay quienes han hecho compras grandes" ante el miedo a quedarse aislados por la llegada del virus, y que ahora mismo se puede ver que "muchos supermercados están vacíos". Según la lucense, "las mascarillas y geles ya hace tiempo que se acabaron en las farmacias" y es casi imposible encontrar cualquier producto de protección para evitar el contagio. Pese a todo, asegura que "no se plantea cambiar su modo de vida" ni el de su familia por el virus, y que la situación no le parece "tan alarmante como se pinta en los medios".

 

Carlota Meruéndano, ourensana que vive en Parma: "Estamos haciendo una compra grande por si nos quedamos aislados"
Carlota MerúendanoCarlota Meruéndano es ourensana y estudia Medicina en la USC, aunque este año se ha ido a continuar sus estudios a la ciudad italiana de Parma (Emilia Romagna). La joven explica que ayer mismo la avisaron de que se cancelaban todas las actividades académicas, incluyendo las prácticas que estaba realizando en el hospital. "Ha sido tan rápido, hemos pasado de estar tranquilos a que llegue el mensaje de que no hay clases", explica Carlota. En la calle no ve demasiada alerta, pero relata también que ha ido a varias farmacias y "no queda ninguna mascarilla ni gel que poder comprar".

La ourensana también cuenta como amigos y conocidos suyos ya han tomado la decisión de regresar a España, por el miedo ante un posible contagio. Sin embargo ella se muestra positiva y afirma que no contempla por el momento regresar a casa. "La gente se está alarmando demasiado" concreta la estudiante. Pese a ello, también confiesa que en su casa en Parma ella y sus compañeros ya están "haciendo una compra grande por si nos quedamos aislados".

 

Adrián Castro, lucense que estudia en Nápoles: "Pensamos cancelar a nosa viaxe polo norte debido ás alertas"
Adrián Castro.
Adrián Castro se trasladó este año desde Lugo a Nápoles para continuar sus estudios de Medicina como becado Erasmus. Aunque el foco del coronavirus está lejos de donde él se encuentra, —en el sur todavía no se ha detectado ningún contagio— el lucense afirma que "por aquí tamén se comeza a sentir certa preocupación".

Él y sus compañeros tenían planeado un viaje la próxima semana a varias ciudades del norte de Italia, entre ellas Milán o Venecia, pero ante las últimas noticias que llegan de la zona afirman que "pensamos cancelar a viaxe debido ás alertas". Añade también que en los aeropuertos italianos la seguridad es máxima, y que realizan varias pruebas para comprobar si los que intentan acceder o salir del país portan el virus.

 

Aleixo Martínez Camba, cervense de vacaciones en Milán: "Ao chegar tomáronnos a temperatura no aeroporto"
Aleixo Martinez y Silvia Rodríguez
El cervense y su novia Silvia Rodríguez, de Burela, llegaron el viernes a Bérgamo, donde hallaron "xente traxeada medindo a temperatura de todos os que viñamos no avión cun termómetro cutáneo que poñían no pescozo, pero non pararon a ninguén". También vieron alguna persona con mascarilla, pero fue al viajar a Venecia cuando más vieron, aunque "non había ningún control, a pesares de que había bastante xente".

Siguen el avance de la epidemia por Twitter, pero no hallaron un gran despliegue, "non é como cando había alerta terrorista", con policías por todas partes, aunque afectó a sus actividades. "Tiñamos entradas para o fútbol o sábado e suspenderon a xornada no norte de Italia". Su madre le aconsejó comprar jabón de manos y mascarillas, pero estaban agotados en las farmacias. "Paréceme que hai alarmismo ante algo descoñecido", pero afirma que no ven preocupación en la calle, aunque sí notan que hablan del coronavirus, pero ellos no tienen síntomas: ni tos ni fiebre, "nin estivemos xunto de xente que tosera". Este domingo visitaban el Duomo de Milán con normalidad y este lunes regresan con la esperanza de "non levar ningún virus para a casa".

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