Fernando Lugo pone fin a 61 años de gobierno conservador en Paraguay

Fernando Lugo celebra su victoria (Foto: EFE)
photo_camera Fernando Lugo celebra su victoria (Foto: EFE)

El ex obispo progresista Fernando Lugo, líder de la Alianza Patriótica para el Cambio (APC), logró este domingo la hazaña histórica de terminar con seis décadas de gobierno del Partido Colorado, con lo que se abre para Paraguay un futuro de esperanza pero también de incertidumbres.

Una figura emergente en la política nacional como Lugo, expulsado de la Iglesia por el Papa debido a sus actividades políticas, ha logrado una victoria incuestionable, lo que nunca en ese tiempo pudo hacer la oposición, principalmente el tradicional Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), durante 61 años y en especial tras el final de la larga dictadura del "colorado" Alfredo Stroessner en 1989.

El Tribunal Superior de Justicia Electoral de Paraguay (TSJE) confirmó el triunfo de Lugo, con el 40,83 por ciento de los votos sobre los 30,71 por ciento de la candidadata 'colorada', Blanca Ovelar,  escrutados el 92 por ciento por ciento de los resultados preliminares rápidos.

Añadió que en el tercer lugar se situó el general retirado Lino Oviedo, con el 21,98 por ciento, mientras que los cuatro candidatos a la primera magistratura se repartieron el 3,01 por ciento.

Logró unir una gran coalición de izquierdas
Con un país sumido en la pobreza, el desempleo que envió a la emigración a cientos de miles de paraguayos, el ex obispo de la deprimida diócesis de San Pedro (centro) surgió hace dos años como una de las últimas esperanzas para unir la oposición.

Si no logró como era su intención una coaliciónde todos los descontentos, hace ocho meses el obispo sancionado "a divinis" por el Vaticano aglutinó a la derecha representada por el PLRA y a una treintena de grupos de izquierdas y organizaciones sociales.

Su discurso esperanzador de unión de todos los paraguayos para buscar el bien común se plasmó primero un amplio espectro ideológico que le llevó hoy a la victoria, en una fórmula con el líder del PLRA, Federico Franco, un confeso admirador de líderes conservadores como el español José María Aznar.

Lugo tendrá que compaginar en primer lugar proyectos tan diversos como el de Franco y otros sectores más centrista del PLRA, a los de grupos izquierdistas como el movimiento radical Tekojojá o el partido Movimiento al Socialismo (P-MAS), afines a políticas como la del venezolano Hugo Chávez o del boliviano Evo Morales.

La espontánea concentración de miles de personas, la mayoría jóvenes, que tomó el centro de Asunción la noche del domingo al conocerse la victoria del ex obispo fue un signo de la esperanza con la que los paraguayos recibieron el cambio y también la ansiada caída de los "colorados".

Problemas por el horizonte
Antes de asumir la Presidencia el 15 de agosto próximo, Lugo tendrá que meditar mucho y usar de toda reconocida paciencia para poder formar su gobierno, que ya adelantó integrarán "los mejores" sin distinción de colores".

Otras dudas que tendrán que ser despejadas en los próximos meses es la relación de Lugo con los vecinos, en especial con Brasil por su reivindicaciones sobre los beneficios de la hidroeléctrica conjunta de Itaipú, que se niega a renegociar su tratado a pesar da la afinidad ideológica con el presidente Luis Inácio Lula da Silva.

También existe expectativa con la posición del Vaticano por la rebeldía de quien considera todavía obispo y ahora futuro presidente de un país amplía mayoría de católica, religión a la que no renuncia el futuro gobernante.

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