España traspasa el control de la seguridad de Qala-i-Naw

Meses antes del comienzo de su retirada gradual de Afganistán, el Ejército español transfirió hoy a las fuerzas afganas el control de la seguridad en Qala-i-Naw, el punto donde están desplegados la mayoría de los efectivos españoles.

El simbólico traspaso de la competencia se hizo durante una ceremonia que tuvo lugar a las 13.45 hora local (09.15 GMT) en la misma capital de la provincia noroccidental de Badghis, explicó a Efe el portavoz del gobernador regional, Haji Sharfudín Majidi.

Las fuerzas afganas asumirán a partir de ahora también el control completo del distrito de Aab Karmi, situado igualmente en Badghis, según detalló Majidi.

La fuente agregó que a la ceremonia asistieron representantes de la misión de la OTAN (ISAF), altos cargos del Ministerio de Interior, del Ejército y los servicios secretos afganos, así como el responsable de la Comisión de Transición, Ashraf Ghani Ahmadzai.

Fuentes diplomáticas occidentales confirmaron a Efe la celebración del acto, que inicialmente había sido previsto para otra fecha, y la presencia en el mismo del embajador español en Kabul, Juan José Rubio.

Durante la ceremonia, Ahmadzai subrayó la necesidad de proveer entrenamiento a los cuerpos de seguridad afganos, reducir la corrupción y centrarse en actividades de reconstrucción del país, según la agencia local AIP.

El ministro español de Defensa, Pedro Morenés, había anunciado este mes que el repliegue de la misión en Afganistán comenzará entre octubre y noviembre del presente año, con el regreso a España de los primeros 150 militares, el 10 por ciento del contingente desplegado.

Actualmente, España tiene 1.468 soldados en el país asiático; la mayoría de ellos se encuentran en Qala-i-Naw y otras zonas de la provincia de Badghis, aunque también hay militares en la región occidental de Herat.

La retirada de las tropas españolas se enmarca en el proceso de transición que el pasado julio inició la OTAN, con EEUU a la cabeza.

España se ha fijado una retirada escalonada y progresiva, que supone el repliegue del 10 por ciento a lo largo de 2011 y del 40 por ciento el año próximo.

El 50 por ciento de los soldados restantes hará lo propio en 2014, año en el que no quedarán fuerzas de combate extranjeras en suelo afgano si se cumplen los plazos previstos.

Este proceso de transición llega en medio de un recrudecimiento de la guerra afgana una década después de la invasión estadounidense y caída del régimen integrista talibán.

Los años 2010 y 2011 han sido de hecho los más sangrientos tanto para el colectivo civil afgano como para las tropas internacionales.

Dado el escaso éxito de la vía militar, la comunidad internacional se ha embarcado recientemente en un nuevo intento de impulsar conversaciones con la insurgencia talibán para tratar de encontrar una solución dialogada al conflicto.

En los últimas semanas, EEUU ha apoyado la creación de una oficina talibán en el emirato islámico de Catar que permita un contacto directo con los integristas, aunque el plan se ha topado con el recelo del Gobierno afgano, que teme jugar un papel secundario en las negociaciones.

Fuentes de la insurgencia afirmaron ayer a AIP, en este sentido, que el movimiento talibán está dispuesto a negociar con Washington pero no con el Ejecutivo del presidente afgano Hamid Karzai, al que tacharon de "ilegal y carente de poder".

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