"Escuché a una chica con acento gallego y eso me tranquilizó"

La lucense Lucía Campos acogió en su casa a Laura Señán, una joven de Bertamiráns cuyo vuelo fue desviado a Charleroi minutos después del atentado
Laura Señán y Lucía Campos
photo_camera Laura Señán y Lucía Campos

En una situación límite, oír un acento familiar ayuda mucho a relajarse, y más si esa persona te abre las puertas de su casa, sin conocerte de nada, y te ofrece todo lo que esté a su alcance para pasar juntas una situación para la que nadie está preparado. Eso es lo que les ocurrió a la azafata de vuelo lucense Lucía Campos y a la joven consultora Laura Señán, de Bertamiráns. Esta última viajaba desde Barcelona a Bruselas, para reincorporarse a su puesto de trabajo cerca de la Comisión Europea y de la boca del metro atacada. Pero ese momento nunca llegó.

"Cuando el avión estaba descendiendo para aterrizar en Zaventem, sobre las 08.30 horas, el comandante nos advirtió de que acababa de explotar una bomba y que tenían que desviar el vuelo al aeropuerto de Charleroi", relata Laura, todavía sobresaltada y recordando la "tremenda psicosis" que se generó entre los pasajeros de su avión. Una vez en tierra, la joven contactó con su familia e intentó buscar algún medio para llegar a Bruselas. "Era imposible, no había bus, ni metro y los taxis estaba a tope. Fue entonces, cuando más desesperada estaba, cuando oí hablar a una chica con acento gallego, me acerqué a ella y eso me tranquilizó", asegura la joven, que reside en la capital de Bélgica desde el mes de octubre.

Esa heroína ocasional no era otra que Lucía, una lucense que ejerce como azafata de vuelo para la compañía Ryanair y que no dudó ni un momento en ayudar a su compatriota. "Vi a la chica sola, nerviosa, y tuve claro que se venía conmigo. Tenemos que echarnos una mano, para eso somos ‘da terriña’", relataba minutos después de haberse encontrado por casualidad, al tiempo que aseguraba que ella también se había enterado en pleno vuelo del suceso: "Nos lo dijo un pasajero".

"Cuando llegué ya vi todo el aeropuerto lleno de militares con metralletas y policía. Las tiendas cerradas y un caos bastante importante. A mí me tocará seguir trabajando, mañana –por el miércoles– volaré a Manchester y supongo que habrá mucha gente que decida no subirse al avión, porque además habrá muchos retrasos", asegura Lucía, restándole importancia a un suceso tremendo que muchos de los españoles que viven en Bélgica ya esperaban.

Comentarios