“Una mujer que portaba una capucha blanca se subió en una banca para lanzar frases en ataque a las creencias de la fe católica, especialmente en materia del aborto. Otro de sus cómplices, también encapuchado, le respondía desde otro punto de la catedral”, dijo la revista Semana.
Una feligresa, visiblemente indignada, pretendió desenmascarar a dos de los hombres que ocuparon el lugar. “Cuando bendicen fusiles y coronan a la Virgen”, argumentó uno de los encapuchados.
La reacción de la policía metropolitana de Bogotá fue pobre y solo acudió muchos minutos después del hecho, con uno de los uniformados del llamado cuadrante de vigilancia.
El primero en criticar la incursión, que fue enfrentada por feligreses y la guardia del templo, fue el concejal bogotano Emel Rojas Castillo, quien dijo en sus redes sociales “Total rechazo a esta incursión de vándalos a la Catedral Primada de Bogotá con evidentes fines políticos. Es un irrespeto a la fe, la libertad religiosa y las creencias de millones en el país. No permitiremos que violenten los lugares de culto”.
Los candidatos a presidir el país pidieron a la Iglesia colombiana que emprenda acciones legales contra los que asaltaron el templo
El hecho fue aprovechado por parte de quienes aspiran a llegar al manejo del país. El candidato presidencial de izquierda, Gustavo Petro, dijo en sus redes sociales “Nosotros pusimos en la Constitución la libertad de cultos, el uribismo, desesperado, la abofetea. Le pido a la Iglesia Católica iniciar acción penal contra estas personas”, haciendo referencia a quienes se tomaron el lugar durante varios minutos en la mañana del domingo.
Asimismo el aspirante a la presidencia el centroderechista Federico Gutiérrez escribió en las redes: “¡Hasta la fe nos quieren expropiar! Y así, combinando todas las formas de lucha, incendiando el país y atacando a los que piensan diferente, piensan ganar y gobernarnos. Por Colombia, por nuestras familias, por nuestro futuro... ¡Vamos a derrotarlos en primera vuelta!”.
El sitio, que fue declarado Monumento Nacional de Colombia, es sede del arzobispo metropolitano de Bogotá y primado de Colombia, monseñor Luis José Rueda Aparicio. Es vecino de la Casa de Nariño, sede del gobierno colombiano, y además a pocos pasos se encuentra el Congreso Nacional y la Corte Suprema de Justicia. El clero colombiano no se ha pronunciado en torno a lo sucedido.
En la monumental, obra que se construyó entre 1807 y 1823, reposan los restos mortales de Gonzalo Jiménez de Quesada, fundador de Santafé de Bogotá, y Antonio Nariño, uno de los próceres de la independencia.