La sentencia de muerte de un joven vasco, a revisión

Las puertas del corredor de la muerte se entreabren desde este lunes para Pablo Ibar, el joven vasco condenado a la pena capital por un tribunal de Florida.

El mismo tribunal que hace nueve años sentenció el fin de su vida abre ahora la posibilidad de repetir el juicio. Si las nuevas pruebas presentadas a favor de Pablo se imponen, el recluso podría quedar en libertad en un periodo de tiempo no superior a tres años.

Pruebas ocultadas
Durante la vista, de la que saldrá una decisión que aún podría recurrirse ante el Tribunal Supremo, se someterán a análisis dos aspectos. Por un lado, si el estado, apurado por resolver cuanto antes los asesinatos cometidos en 1994, ocultó deliberadamente pruebas que podrían haber beneficiado al joven vasco.

Y, sobre todo, si a éste le fue negado el derecho constitucional de contar con un avogado que lo defendiese en condiciones, ya que días después del juicio su letrado reconoció que no estaba en condiciones físicas ni psíquicas para practicar una defensa acorde con lo que se jugaba Ibar, por problemas de salud.

Si el juez falla de nuevo contra el recluso, su familia ya ha anunciado que recurrirá al Supremo. Si éste tribunal revoca la decisión, el juicio tendría que repetirse y Pablo Ibar estaría en la misma situación que el día en que fue detenido.

En el supuesto de que el alto tribunal rechazase la petición de nulidad que reclama el abogado, Pablo tendría que acudir a la jurisdicción federal de los Estados Unidos. Esta estrategia supondía un largo proceso y un coste económico próximo a los tres millones de euros, sin contar con las posibilidades de recurrir que también tiene la Fiscalía.

Sin pruebas biológicas
Mientras tanto, su defensa alegará en la vista que las autoridades de Florida ocultaron pruebas que beneficiaban a su cliente. Detallará que eliminaron o cuando menos no revelaron la existencia de una camisa negra de manga larga que, al parecer, fue hallada en la escena del crimen y que, según el fiscal, era la que llevaba Pablo.

Sin embargo, en dicha prenda se detectaron cabellos y ADN que no se corresponden con los del acusado. En este sentido, el informe del análisis del Laboratorio de Criminalística, firmado por Donna J. Marchese, especialista en ADN, es determinante. Asegura que en ninguna de las muestras que la Policía remitió había restos biológicos de Pablo.

La representación legal de Ibar sostiene también que se suprimió una pista relativa a un posible sospechoso que se correspondía con un retrato robot del presunto asesino.

Los fallos a remediar
Entre los errores cometidos por el avogado de la defensa, achacados a sus problemas de salud, se encuentra el que no solicitase la asistencia de un experto en identificación facial que se pronunciase sobre si la persona que aparecía en un vídeo de los hechos registrado por una cámara de seguridad de la vivienda era el acusado. Fue esa la principal prueba para la acusación.

Sin embargo, tanto la familia como la defensa de Pablo Ibar consideran que se trata de una cinta manipulada, donde consiguieron que la persona gravada se pareciese al joven vasco con la ayuda de una fotografía.

Si ello no fuera motivo suficiente para anular la prueba, consideran que la grabación es de tan baja calidad que en modo alguno puede constituir suficiente argumento incriminatorio. Está previsto que la vista se prolongue durante varios días.

  • Los hechos

A finales de junio de 1994 fueron hallados en su casa los cuerpos sin vida del propietario y de dos mujeres. Los acusados por las muertes fueron Seth Peñalver y Pablo Ibar

  • Tres juicios

El primer juicio contra los dos acusados se celebró el 5 de mayo de 1997, y fue declarado nulo el 25 de enero de 1998 al no ponerse de acuerdo el jurado sobre un veredicto.

El 11 de enero de 1999 se inició un segundo juicio. En la fase de selección del jurado, el abogado de oficio asignado a Pablo Ibar fue detenido acusado de agredir a una mujer embarazada. Pablo Ibar presentó una moción solicitando un aplazamiento del juicio que fue aprobada. El juicio de Seth Peñalver continuó y fue condenado a muerte.

El tercer juicio dio comienzo el 17 de abril de 2000 y el jurado lo declaró culpable el 14 de junio, y también lo condenó a muerte.

El 7 de septiembre de 2006, el Tribunal Supremo de Florida denegó un nuevo juicio. Ahora la vida de Pablo Ibar está, otra vez, en manos de su defensa.

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