El Papa Benedicto XVI ha puesto rumbo ya a Lisboa, donde aterrizará el avión Airbus 320 que este martes ha despegado desde el aeropuerto romano de Fiumicino y donde arrancará su primer gran viaje oficial tras los escándalos de pederastia que salpican a la Iglesia y al propio Vaticano. El pontífice visitará además el santuario mariano de Fátima y la ciudad de Oporto.
Benedicto XVI, que viaja cuatro días al país luso para presidir la celebración del X aniversario de la beatificación de los niños pastores de Fátima. A pesar de no ser festivo en Portugal, las escuelas cerrarán y los funcionarios públicos podrán excusar su asistencia al trabajo en las ciudades y días que coinciden con la visita papal.
Se trata del primer gran viaje del Pontífice desde que en noviembre saltaron los escandalos de pederastia que sacuden a la Iglesia Católica --a excepción de un viaje relámpago a Malta a mediados de abril-- lo que permitirá calibrar la influencia que haya podido tener en los fieles. De momento, cientos de católicos han acampado ya en Fátima para ver de cerca los actos que realizará el Pontífice, y muchos lisboetas ocupan desde el lunes las sillas dispuestas en las orillas del Tajo, en el Terreiro do Paço --la enorme plaza de Comercio de la capital-- 24 horas antes de que se oficie la misa papal.
Se calcula que apenas habrá asiento para las autoridades e invitados de honor y los fieles más madrugadores entre los cerca de 200.000 que espera la Iglesia portuguesa en ese acto. En Fátima, cuyas conmemoraciones son el motivo central de la visita, las previsiones son aún mayores. El obispo auxiliar de Lisboa y coordinador de la visita papal, Carlos Azevedo, ha dicho que el país espera que Bento XVI --como es conocido el Papa en portugués-- lance un mensaje social ante la crisis que vive Europa.
