Virginia le niega clemencia al francotirador de Washington

El francotirador que hace siete años sembró el terror durante tres semanas y mató a diez personas en la zona de Washington fue ejecutado este martes en el estado de Virginia, anunció un portavoz del Centro Correccional de Greensville.

El gobernador de Virginia, Timothy Kaine, negó clemencia al francotirador después de que el Tribunal Supremo de Justicia de EE.UU. rechazase el lunes la petición para aplazar la ejecución y se negase a escuchar los argumentos de los abogados de Muhamad, quienes sostienen que su cliente es un enfermo mental. ''No encuentro ninguna razón convincente para anular la sentencia que fue recomendada por el jurado y después impuesta y confirmada por los tribunales, por lo que declino intervenir'', afirmó Kaine.

Muhamad, de 48 años, y su joven cómplice Lee Boyd Malvo, de 24, fueron capturados el 24 de octubre del 2002 después de 13 ataques durante tres semanas que dejaron 10 muertos, tres heridos y sembraron el pánico en la capital de EE.UU. y sus alrededores. Dispararon con un rifle de alta potencia, ocultos en la parte trasera de un viejo automóvil Chevy Caprice, a través de un agujero en la tapa del portaequipajes.

Entre sus víctimas se cuentan hombres y mujeres, con edades desde 13 a 72 años. En su mayoría fueron alcanzadas por las balas de los francotiradores en estaciones de gasolina o en estacionamientos públicos. El francotirador fue condenado a la pena capital por el asesinato de Dean Harold Meyers en una gasolinera de Virginia. Se sospecha que él y su joven cómplice, quien cumple una condena a cadena perpetua en Virginia, participaron en tiroteos en otros estados, incluidos Luisiana, Alabama y Arizona.

Presentes en la ejecución

Varios de los familiares de las víctimas planean asistir a la ejecución mediante inyección letal que se llevará a cabo en el Centro Correcional Greensville, en Virginia. Entre los que han anunciado su intención de asistir está Bob Meyers, el hermano de la víctima por la que Muhamad fue condenado a la pena de muerte.

"Sentimos que sería desleal para nuestra familia el no estar representados en la conclusión de este asunto", afirmó Meyers en declaraciones publicadas por el diario The Washington Post. "Estamos dispuestos a hacerlo, aunque sabemos que no será fácil", añadió el familiar de la víctima, quien acudirá a la ejecución acompañado de su esposa.

Entre los presentes estará también Cheryll Witz, la hija de Jerry Taylor, quien falleció en un campo de golf en Tucson (Arizona) en el 2002, unos meses antes de que comenzaran los tiroteos en la capital estadounidense. La policía de Tucson dijo que Malvo confesó que la pareja era responsable del tiroteo contra Taylor. Witz afirmó que el francotirador vio cómo su padre moría y ahora quiere verlo morir a él. "Para mí eso es justicia", señaló.

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