El Ejército libera a Correa tras enfrentarse a tiros con los policías sublevados

Las Fuerzas Armadas de Ecuador han liberado al presidente, Rafael Correa, tras un enfrentamiento contra los policías sublevados que lo mantenían recluido en un hospital.

Protegido por una larga fila de efectivos pertrechados con escudos, cascos y armas de fuego, Correa salió en silla de ruedas, pues acababa de ser operado en una pierna, hacia una caravana de vehículo que lo trasladó directamente al Palacio de Carondelet, la sede del Ejecutivo. Allí se asomó inmediatamente al balcón, donde le esperaban algunos ministros, y arengó a centenares de sus partidarios congregados en la Plaza Grande, donde ondeaban banderas de Ecuador.

El presidente señaló que para liberarlo ''han caído hermanos ecuatorianos. Es un día de profunda tristeza que jamás creí que iba a llegar en mi Gobierno que solo busca el buen vivir''. Más tarde confirmó que un miembro de un equipo policial de elite leal al Gobierno murió en la operación militar lanzada para rescatarle, mientras que se han contado 27 heridos. La Cruz Roja también informó de dos muertes en las filas de los sublevados.

Correa agradeció a los simpatizantes que fueron a rescatarle al hospital y que, según dijo, fueron recibidos con ''gas pimienta, gas lacrimógeno, con pedradas'' por los policías sublevados.

Responsabilidad de Lucio Gutiérrez
''En esto hubo gente de Lucio Gutiérrez'', dijo el mandatario, en referencia a quien fue presidente ecuatoriano de enero de 2003 a abril de 2005. ''No se trató de una legítima reclamación salarial, sino de un claro ejemplo de conspiración'', señaló Correa.

Correa, que lucía la banda presidencial, aseguró que ''los ambiciosos de siempre, los irresponsables de siempre han hecho quedar mal al país a nivel internacional'', presentándolo como una ''república de opereta donde se secuestra al presidente''. ''Lo que pasó el día de hoy fue un intento de golpe de Estado (...) que le falló a los conspiradores'', señaló, al asegurar que se trató de ''varias acciones coordinadas que querían crear el caos con el pretexto de que se habían quitado beneficios económicos a la policía nacional y los militares, lo cual es falso''.

Gutiérrez rechazó cualquier participación en el alzamiento desde Brasilia. ''El único responsable del caos que tenemos actualmente en el Ecuador es el Gobierno abusivo, corrupto, prepotente, de Rafael Correa'', dijo el ex presidente.

El fiscal de la Nación, Washington Pesántez, aseguró tras la liberación de Correa que investigará ''la conspiración urdida desde afuera de los cuarteles oficiales'' que llevó a la sublevación.

Enfrentamiento
El presidente ecuatoriano fue sacado del hospital tras un tiroteo de más de media hora y después de una jornada muy tensa en la que sus partidarios se enfrentaron a pedradas con la policía que lo tenía rodeado, sin poder penetrar ese cerco.

El ataque al hospital ocurrió después de que fracasaran las negociaciones con los sublevados para que liberaran a Correa que llevó a cabo el gobierno durante todo el día, según dijo el ministro de Defensa, Javier Ponce. El ministro indicó que el gobierno no tenía ninguna intención de ceder a las demandas de los policías, que protestan contra una reducción de sus beneficios salariales contenida en un proyecto de ley.

Correa dijo tras su liberación que ''jamás cedieron'' ni aceptaron ''negociar nada bajo presión'' y señaló que no habrá impunidad. Indicó que en el Regimiento Quito, a donde acudió para dirigirse a los policías sublevados, sintió ''como una puñalada en la espalda'' al ver la situación pues, a su criterio, ningún Gobierno ha atendido tanto a la institución policial como el suyo.

Correa se refugió en el hospital, aledaño a la sede del regimiento, tras ser presionado por los policías y sufrir una lesión en una pierna. Allí permaneció durante casi toda la jornada.

Mientras, un grupo de personas sublevadas, vestidas de civil y encapuchadas, invadieron Ecuador TV y pretendieron interrumpir la señal de ese canal público. ''Vamos a intentar seguir con la transmisión en cuanto se permita'', dijo un presentador. ''Están agrediendo a nuestros compañeros en el control master, han roto las puertas'', añadió otra periodista, a su lado.

Otro grupo de sublevados subió a la loma Pichincha, donde están localizadas las antenas de televisión, para intentar interrumpir la señal de Ecuador TV y de Gama TV, otro canal controlado por el Gobierno. Tras declarar el estado de excepción en todo el país, el Gobierno obligó a los canales privados de televisión y radio a emitir la señal pública durante la mayor parte del día.

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