El Ejército pone punto final a 21 días en Tahrir

La calma ha llegado a la plaza Tahrir, el símbolo del levantamiento que derrocó al presidente Hosni Mubarak. Pero con el expresidente ya fuera y el Ejército en el poder, los militares han instado al pueblo a que regrese a casa y trate de devolver la normalidad al país. Por ello, la advertencia de este lunes ha sido clara: o se marchan en menos de una hora o se producirán detenciones.

Sin embargo, no se han visto señales de que, cumplido ese plazo, las fuerzas militares o los policías hayan actuado, y ninguno de los manifestantes que están presentes allí confirmaron la existencia del ultimátum. El grupo más grande se encuentra frente a un complejo de ministerios, pero se trata de centenares de funcionarios que participaban en una concentración en una explanada de la plaza Tahrir para exigir subidas salariales.

Estos actos se han sucedido en distintos puntos de la capital en los últimos días, y no están ligados directamente con las protestas políticas masivas que se desarrollaron en Egipto desde el 25 de enero pasado. De hecho, hubo centenares de policías que se concentraron frente al edificio de la radiotelevisión pública, en el centro de la capital, para exigir también aumentos salariales.

En la plaza Tahrir ya no existen las tiendas de campaña de los manifestantes que hicieron guardia en el lugar durante cerca de dos semanas. El tráfico por la zona, una de las más congestionadas de esta capital, era el normal de un día laborable. Los tanques del Ejército, que desde fines de enero estaban cruzados en los accesos a la plaza, están situados ahora al lado de las calzadas para no interferir el tráfico.

Aunque los dirigentes de la oposición se han mostrado satisfechos por las decisiones adoptadas en las últimas horas por la junta militar que heredó el poder de Mubarak, aún existen demandas que para los manifestantes de la plaza Tahrir no han sido cumplidas.

Entre ellas se encuentra el compromiso del Ejército para poner en libertad a los militantes de la oposición detenidos en los últimos días y la anulación de la Ley de Emergencia, que está vigente desde 1981. Pero, aunque el domingo estas demandas estuvieron latentes entre los centenares de manifestantes que aún se encontraban en la plaza Tahrir, el número de personas se ha reducido drásticamente este lunes, y ahora se trata de pequeños grupos muy dispersos. Egipto recupera, poco a poco, su pulso.

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