El clima de crisis en el país desluce las elecciones del próximo domingo

Porfirio Lobo, del opositor Partido Nacional, y el liberal Elvin Santos parten como favoritos para las elecciones del próximo domingo 29 de noviembre en Honduras, con la incógnita de quién entregará el mando el 27 de enero al ganador, si el depuesto presidente Manuel Zelaya o el de facto Roberto Micheletti, ambos liberales.

Los otros tres candidatos pertenecen a los partidos minoritarios y, por tanto, sus posibilidades de triunfo son prácticamente nulas. Estos son Felícito Ávila, de la Democracia Cristiana; Bernard Martínez, del Partido Innovación y Unidad-Socialdemócrata (PINU-SD), y César Ham, de Unificación Democrática (UD, izquierda).

El UD, único partido que apoya a Zelaya tras su derrocamiento, el 28 de junio, ratificó el sábado pasado que sí participará en los comicios después de amenazar durante varios meses con no hacerlo si no se restituía al depuesto gobernante. Por otra parte, el sindicalista Carlos Reyes, quien presentó una candidatura independiente, sí se retiró de la contienda por considerar que las elecciones sin Zelaya serán ilegítimas.

Porfirio Lobo, candidato de la oposición y favorito para ganar las elecciones, ha hecho un llamamiento a los hondureños a favor de la reconciliación. ''Nuestra misión no solo es ganar las elecciones, es producir un cambio que empieza por la reconciliación y la unidad de todos los hondureños'', declaró en el estadio de Tegucigalpa el candidato del Partido Nacional.

En sus palabras, rechazó también las ''imposiciones'' externas para resolver la crisis hondureña. ''No aceptaremos imposiciones políticas de ningún tipo, y quiero ser claro y que me escuchen allá en el Sur: ni del Sur, y que me escuchen en el Norte: ni del Norte. Somos nosotros los hondureños los que vamos a levantarnos como pueblo'', ha aseverado.

Apatía entre los hondureños

Como era de esperar estos comicios están marcados por la conflictividad que vive el país desde el golpe de Estado que puso en el poder a Micheletti y expulsó al presidente electo, Manuel Zelaya, del país. Buena parte de la controversia en Honduras se centra en la legitimidad de estas elecciones. El gobierno interino ha decretado el estado de emergencia, prohibiendo así la tenencia de armas de forma provisional y estableciendo un despliegue de 5.000 reservistas del Ejército durante las votaciones.

La apatía con que los hondureños acogen estos comicios podría aumentar el grado de abstencionismo de 2005, que llegó al 45%. Recordaer que en las encuestas publicadas en octubre de 2005.

Partidos mayoritarios
Los partidos Liberal y Nacional son los mayoritarios de Honduras, ambos de derecha, y desde su fundación, a principios del siglo XX, se han repartido el poder con los militares. Los otros tres partidos surgieron entre finales de los años 60 y principios de los 90.

Porfirio Lobo, de 61 años, es candidato nacionalista por segunda vez, pues en 2005 perdió ante Zelaya, cuyo compañero de fórmula fue Elvin Santos, quien en 2008 renunció al cargo de vicepresidente para aspirar a la candidatura por los liberales.

Lobo, graduado en administración de empresas en la Universidad de Miami (Florida, EEUU), presidió el Parlamento hondureño durante el gobierno de Ricardo Maduro (2002-2006), ocupó distintos cargos de dirección en el Partido Nacional hasta dirigir su Comité Central en dos ocasiones, y ha sido funcionario y diputado.

La seguridad, el crecimiento económico, la reducción de la pobreza y la educación con salud son algunos fundamentos del plan de gobierno del candidato opositor, quien dejó atrás su propuesta de 2005 de ''mano dura'' y pena de muerte contra los delincuentes.

Elvin Santos, de 46 años, es un empresario de la construcción, graduado como ingeniero civil en la Universidad de Lamar (Texas, EEUU), y ha participado desde su juventud en campañas liberales, aunque sin ocupar cargos de dirección en el partido. En 2005 fue coordinador del movimiento de Zelaya en el departamento de Francisco Morazán, al que pertenece Tegucigalpa; coordinador de su comisión electoral y compañero de fórmula.

Santos propone en su plan de Gobierno una estrategia de seguridad integral y ''cero impunidad'', fortalecer el sector productivo y de servicios, apoyar el desarrollo integral de la persona humana y la familia, así como mejorar la gestión pública.

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