Al menos 23 combatientes del Estado Islámico (EI) murieron este sábado por bombardeos aéreos estadounidenses y ataques de las tropas kurdas cerca de la presa de Mosul, en el norte de Irak, informó a Efe el general kurdo Abdelrahman Kurini. Mientras, los islamistas siguen con su escalada de violencia y este sábado se supo que han matado a unas 400 personas en Kocho, también en el norte.
Desde primera hora de este sábado, aviones de guerra de EEUU ayudan a los "peshmergas", que luchan sobre el terreno, para recuperar la presa, en manos de los insurgentes desde el pasado 8 de agosto, y continuarán "dando constantes golpes" al EI, dijo Kurini.
Además, aseguró que hay informaciones de los servicios de inteligencia que confirman que un gran número de yihadistas huyeron hacia la localidad de Talafar, 70 kilómetros al oeste de Mosul, debido a los bombardeos de EEUU a posiciones del EI en la zona.
En el otro lado, este sábado se ha confirmado que el grupo islamista mató a otros 312 residentes de la localidad iraquí de Kocho, en el norte del país, donde el EI ya había matado el viernes a 80 yazidíes y secuestró a las mujeres y los niños tras concluir un ultimátum de cinco días para que se convirtieran al Islam, según informa la cadena británica Sky News.
En total, más de 400 yazidíes fallecieron en el ataque en Kocho, población que ha sido prácticamente borrada del mapa, como informa Europa Press.
