Dos españoles, entre los 15 desaparecidos en un naufragio en Indonesia

Al menos diez turistas extranjeros, entre ellos al menos dos españoles, y cinco indonesios están desaparecidos desde que la embarcación en la que viajaban naufragase este domingo en aguas del sur de Indonesia, según las autoridades.

Fuentes de la agencia de búsqueda y rescate indicaron que el barco transportaba 25 personas y rescataron a 10, todas ellas turistas, según el canal de televisión Channel NewsAsia.

La embarcación navegaba de la isla de Lombok a la de Komodo cuando se hundió, al parecer, en medio de mal tiempo.

Lombok y Komodo, esta última por su fauna, son dos populares destinos turísticos de Indonesia.

Un periodista de la agencia Efe que viajaba en el crucero especificó que los desaparecidos son otros dos ciudadanos españoles, cuatro holandeses, dos alemanas y dos italianos, además de los cinco indonesios que integraban la tripulación (el capitán, tres marineros y el guía).

Fueron rescatados, siempre según este periodista, dos españoles (él y su pareja), dos alemanas, dos hermanas inglesas, dos neozelandeses, una holandesa y un francés.

El informador, Rafael Martínez, contó: "Han sido las 22 horas más horribles de mi vida". Martínez y su pareja nunca llegaron, en medio del frío, el hambre, los calambres, las medusas y el cansancio, a perder la esperanza del todo, explicó a Efe por teléfono desde Bima, la localidad en el noreste de la isla de Sumbawa adonde fueron trasladados los náufragos.

Pese a que se presentaba como un viaje de recreo y placer, que zarpó el jueves 14, Martínez detalló que era "un barco de madera muy antiguo, sin ninguna seguridad, sin GPS, ni radio ni ningún instrumento de navegación" y ya el primer día "encalló en un arrecife de coral", aunque pudo continuar viaje gracias a la ayuda de "un segundo barco".

El incidente sucedió cuando solo llevaban seis horas de viaje y dejó cierta inquietud entre los 20 turistas, que dormían y tenían todas sus pertenencias en cubierta. "No sabíamos si el barco quedó dañado, porque todos escuchamos un golpe", explicó el español, quien detalló que el segundo día la situación empeoró "con olas de hasta tres metros" y la nave "se movía muchísimo".

Pero sobre las dos de la madrugada del sábado, el guía subió a cubierta y anunció que había un boquete, que entraba agua y había que abandonar el barco; y ante la ausencia de señal de telefonía móvil, a la tripulación se le ocurrió hacer dos fuegos como señal de socorro.

Botaron un pequeña embarcación salvavidas con espacio para cuatro personas, por lo que los demás, con los chalecos puestos, gafas de esnórquel y aletas, tenían que agarrarse a los costados como podían. "El agua no era muy fría, pero el viento era tremendo y estábamos congelados", dice Martínez.

Transcurridos 10 o 15 minutos se dieron cuenta de que el barco no se había hundido del todo, que la popa sobresalía y que los cinco indonesios estaban encaramados en el mástil, así que optaron por salir del agua y subirse a la parte saliente.

A las 10 de la mañana del sábado empezaron a barajar varias opciones: aguantar allí, intentar llegar todos hasta una isla volcánica desierta que se veía a unas cinco millas náuticas o enviar a los más fuertes en busca de ayuda. Al final, el barco acabó de hundirse y decidió por ellos: un grupo de cinco personas se adelantó y partió a nado sobre el mediodía a la isla volcánica, a la que llegó cuando atardecía. Allí pernoctó.

Según narró Martínez, a la mañana siguiente este grupo vio pasar un crucero de buceo que los rescató y trasladó a Bima. El resto se arremolinó alrededor del bote salvavidas, unos remando y otros tirando de él como podían, pero se dieron cuenta de que no podían avanzar.

Al mediodía de ese sábado, un segundo grupo, en el que iban Martínez y su compañera, dejaron atrás a los 15 desaparecidos en dirección a la isla.

El periodista evoca que solo intentaba centrarse en los movimientos mecánicos para no pensar en el cansancio, las medusas y las olas que ocultaban a los compañeros y que, sobre las nueve y media de la noche, vieron dos luces a la derecha y empezaron a hacer señales hasta que unos pescadores los rescataron.

Las operaciones de búsqueda y rescate fueron canceladas hasta las primeras luces del lunes (madrugada en España) debido al mal tiempo en la zona.

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