Cuarenta delegaciones tratan en Londres el futuro de Libia

Más de cuarenta delegaciones de los países de la coalición internacional, de las Naciones Unidas, la OTAN, la Unión Africana y la Liga Árabe, se reúnen este martes en Londres para hablar del conflicto armado en Libia, del futuro del coronel Gaddafi, y del proceso de transición a la democracia. El encuentro llega en el momento en el que el avance rebelde parece haberse detenido en el país norafricano en la ciudad de Sirte, la natal del líder libio. Las tropas terrestres de la oposición necesitan de la ayuda aliada para tomar el gran feudo de Gaddafi.

En Londres, los diferentes países mostrarán sus posturas diferenciadas sobre el conflicto. Mientras que la OTAN, que ha tomado el mando de la operación, iniciada con el objetivo expreso de proteger a la población civil, insiste en que es imparcial en el conflicto, Rusia ha expresado su preocupación al señalar que la intervención en lo que es ya claramente una guerra civil no ha sido sancionada por la ONU.

Sin embargo, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y el primer ministro británico, David Cameron, hicieron este lunes un llamamiento conjunto a los libios para que abandonen a su suerte al coronel Muammar al Gaddafi. "Gaddafi debe marcharse inmediatamente" al haber "perdido toda legitimidad", afirmaron los dos políticos europeos, que instaron a los seguidores del coronel a "abandonarle antes de que sea demasiado tarde".

"En nuestra opinión, (tal transición) debería incluir al Consejo Nacional de Transición Interino, al cual reconocemos como pionero (de ese proceso), a los líderes de sociedad civil y a todos cuantos estén dispuestos a sumarse al proceso de transición a la democracia", dice el llamamiento conjunto franco-británico.

Precisamente el reconocimiento al órgano de los rebeldes es una de las preocupaciones de la oposición en Estados Unidos. El senador republicano Rand Paul ha criticado critica que el presidente Barack Obama no haya consultado al Congreso sobre la intervención militar y se pregunta si la oposición libia es de fiar

El discurso de Obama para evitar otro Irak
Esta es la respuesta de los conservadores al discurso ofrecido este lunes por Obama, en el que defendió la primera intervención militar de su presidencia para salvar "innumerables vidas" de civiles, aunque insistió en que ésa tendrá carácter limitado. De hecho, el presidente advirtió de que el objetivo de su país no era el derrocamiento del régimen y recordó la experiencia de Irak.

En esta línea de desmarque, Obama dejó claro que tras liderar la primera fase de la campaña, Estados Unidos entregará el mando de la misma este miércoles a los aliados. Frente a una audiencia castrense que permaneció silenciosa durante un discurso de 27 minutos, y ante un decorado de banderas del país, Obama defendió la urgencia moral de la intervención.

Mantenerse al margen, sostuvo, "hubiera acarreado un gran precio" y "hubiera traicionado lo que somos", en momentos en los que Gaddafi amenazaba con entrar a sangre y fuego en los últimos reductos rebeldes. "Algunos países pueden ser capaces de hacer la vista gorda ante las atrocidades en otras naciones. Estados Unidos es diferente, y como presidente rechacé esperar a ver las imágenes de matanzas y de fosas comunes antes de tomar medidas", subrayó un mandatario que llegó a la Casa Blanca con la promesa de poner fin a la guerra de Irak.

Pero, además, EE.UU. tenía "un importante interés estratégico" en impedir la victoria de Gadafi, afirmó un Obama solemne. De otro modo, miles de refugiados procedentes de Libia hubieran ejercido una gran presión sobre los procesos de transición incipientes en los vecinos países de Egipto y Túnez.

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